El Deportivo se trajo un gran botín de Cornellá. Un punto conseguido, sobre todo, gracias a la gran actuación de Fabricio, que evitó que los espanyolistas marcasen en alguna de las ocasiones de las que dispusieron.

El equipo blanquiazul se encontró rápido con los primeros problemas en defensa ya que el Espanyol saltó al terreno de juego dispuesto a encerrar a los herculinos, uniformados ayer con la elegante camiseta ‘vino tinto’.
Tras despejar, a los pocos segundos, la acción de peligro local, siguió el repertorio. A los nueve minutos un balón aéreo buscaba a Colotto, atajando Medunjanin. En el 11 Lucas Vázquez la mandaba al larguero.
El Depor no conseguía sacar la pelota y tirar una contra. En el 17 los problemas se multiplicaban con la lesión de Lucas Pérez. Hombre por hombre, entraba José Rodríguez, ocupando la misma posición adelantada del de Monelos. El encuentro se reanudó con una chilena de Colotto superado el 21 de partido. Era la segunda ocasión para marcar. Hubo una tercera, cumplida la media hora, cuando Montañés enviaba la pelota envenenada hacia la meta coruñesa. La respuesta fue tímida, con un disparo de Juanfran (el único de la primera parte por el bando deportivista) y el cuadro local tomó de nuevo las riendas del encuentro.
La primera parte finalizaba con una nueva opción clara para marcar. Lucas Vázquez, el mejor de los espanyolistas, pegaba la pelota con el exterior de la bota tomando un efecto que enviaba el esfércio fuera. El Depor conseguía llegar al descanso con la portería a cero, que no era poco, pero todavía restaba un segundo tiempo en el que el Espanyol intentaría materializar alguna de sus ocasiones.
Se reanudó el partido con los mismos parámetros en los que discurrió en la primera parte. El Depor, mejor sin balón que con balón, defendiendo con intensidad, pero perdiendo la pelota a los pocos segundos. El Espanyol continuó con su monólogo.
Víctor Fernández varió el planteamiento y situó a Fariña como segundo punta bajando a la media José Rodríguez. Tras las primeras jugadas de ataque locales, en el 52 respondía Medunjanin, con una falta indirecta que se perdía rozando la escuadra de la meta de Kiko Casilla.
El entrenador blanquiazul realizó un nuevo cambio, retiró a Cuenca del terreno de juego y dio entrada a Hélder Postiga. Se pasó a jugar con un delantero de referencia, del 1-4-4-2 al 1-4-2-3-1. Por momentos el Depor pareció despertar y controlar un poco más el encuentro, pero la pelota casi no duraba en las botas de los herculinos. Cumplida la hora empezó el festival de Fabricio. A los 60 detuvo un disparo de Lucas Vázquez. El de Curtis fue incisivo en cada envite, un puñal, pero afortunadamente no hizo sangre.
Con el Depor perdiendo, por momentos, la estabilidad en el campo, Víctor Fernández se afanaba en pedir tranquilidad a los suyos para que, por lo menos, la pelota aguantase más que dos pases a los coruñeses.
En el 69 el meta herculino conseguía parar un remate que se cantaba como gol a cabezazo de Caicedo. En la siguiente acción, de nuevo, el canario atajaba el peligro espanyolista, y en la siguiente... Durante cinco minutos tuvo que volar para evitar la derrota. Víctor Fernández dio entrada a Álex Bergantiños para fortalecer la media y, poco a poco, el Deportivo fue matando el encuentro, sabedor de que un punto en esta complicada Liga y en un campo tan difícil es un preciado premio.
No tuvo mucho que ver el enfrentamiento de ayer con el del Valencia a pesar de que el once fuera el mismo. Cada encuentro tiene una historia. Lo que no se puede negar es que los coruñeses sudaron la gota gorda y compitieron para, al menos, sacar un empate de Cornellá. Ante el Getafe, el viernes, será otra historia. El partido en en Riazor, donde no se puede fallar y, de ganar, el punto de ayer aún será más valorado.