De buena nos hemos librado. La Policía ha desmantelado una red dedicada al blanqueo de dinero de capos rusos que planeaba controlar los sectores clave de la economía española e infiltrarse hasta el tuétano en las instituciones del Estado gracias a abogados, funcionarios, políticos, empresarios y hackers informáticos. Los servidores públicos, a los que agradecían generosamente su ayuda, lo mismo les servían para conseguir la residencia española que para protegerse de investigaciones policiales. La realidad supera a la ficción una vez más. FOTO: agentes de la policía nacional, durante una operación| aec