La rentabilidad de pisos turísticos supera a la del alquiler tradicional

La rentabilidad de pisos turísticos supera a la del alquiler tradicional
Viviendas turísticas en la calle de la Franja, en el centro de A Coruña | quintana

La rentabilidad de las viviendas turísticas está por las nubes en comparación con el alquiler tradicional. La oferta en el mercado se ha agravado con la pandemia y ahora los propietarios buscan la mejor alternativa para sacar provecho de sus inmuebles.


En A Coruña, según el último informe de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) que compara la rentabilidad de viviendas en enero de 2020 con la de mayo de 2021, el precio medio del alquiler tradicional hace un año era de 8,75 euros, un coste que actualmente se ha rebajado hasta los 7,8. El alquiler turístico, por su parte, también ha sufrido un descenso, al pasar de los 75 euros la noche a los 65.


Ahora bien, la rentabilidad de las viviendas del mercado tradicional es un 2,6% inferior, al situarse en un 5% frente al 7,6% de los inmuebles turísticos. “La realidad es que la rentabilidad se encuentra cada vez más en el mercado de alquiler de viviendas turísticas y es ahí donde se están derivando inmuebles en arrendamiento del circuito de comercialización tradicional”, refleja el informe de la patronal.


“El inversionista y las inversiones lo único que buscan es seguridad jurídica y rentabilidad”


Así, A Coruña es la segunda ciudad con un goteo mayor de pisos derivados al mercado turístico, tan solo por detrás de Santiago, “lo cual anticipa un contexto más problemático aún para la vivienda en alquiler y también un encarecimiento de los precios”.


En palabras del presidente de Fegein, Benito Iglesias, “el inversionista y las inversiones lo único que buscan es seguridad jurídica, rentabilidad y favorables condiciones fiscales”.


Incremento de la demanda

La Federación Galega de Empresas Inmobiliarias señala que no solo la eclosión de los pisos turísticos ha provocado la tendencia al alza de los precios, sino también el incremento de la demanda. La movilidad laboral, la pérdida de poder adquisitivo por parte de las familias y pensiones más bajas, junto a una financiación que requiere un esfuerzo mayor del comprador de un 35% del importe de la vivienda, derivan cada vez a más familias hacia el mercado del alquiler.


“El porcentaje de personas cuyos ingresos no les permite tener financiación o ahorros suficientes para comprar una vivienda es cada vez mayor, con lo cual cada vez crecerá más el número de hogares en arrendamiento”, destaca el informe de la patronal.


Benito Iglesias, a la hora de analizar las tres principales áreas metropolitanas en las que se fijan los inversores (Vigo, A Coruña y Oporto), asegura que la segunda despunta por la industria textil y auxiliar. 

La rentabilidad de pisos turísticos supera a la del alquiler tradicional

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