Rajoy, ahora entiende las Mareas

Cuando era director de COPE me tocó organizar en Galicia la convención de la empresa a la que acudían  compañeros directivos de toda España para que juntos tratásemos los temas del siguiente curso  radiofónico. Uno de estos directores y su esposa me acompañaron a una pequeña playa cercana a la Isla de la Toja donde teníamos nuestro cuartel general. Al volver por la tarde se llevó una gran sorpresa al ver que apenas quedaba sitio en el que colocar la toalla. La arena había desaparecido. Sorprendido me hizo una pregunta: ¿qué pasó aquí?. Le dije que era el efecto de la Marea. Algo que él no había oído ni visto  en su vida. Traigo a colación este tema que puede resumir muy a las claras lo que le pasó a nuestro paisano y presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy Brey. Creo que  en los últimos tiempos ni supo ni quiso saber lo que eran y lo que significaban las Mareas ciudadanas que  pululaban e integraban miles de personas por la gran mayoría del territorio nacional.
Mariano, gran aficionado a la tauromaquia, lleva mucho tiempo con la muleta en la mano derecha y en lugar de dar unos buenos pases de pecho, que son los que consagran a los maestros toreros, tan solo los da de alivio, sin mandar nunca en el morlaco que, con cuernos muy afilados en forma de paro y con  millones de personas sufriendo, está a punto de darle un gran revolcón en pleno alvero.
Mientras que la gran mayoría de los barones y líderes territoriales del partido están haciendo autocrítica, Mariano Rajoy sigue en su línea de empecinamiento sin reconocer las cosas. Algunos le recriminaron, a puerta cerrada, que la economía no era suficiente para inclinar la decisión del voto de los ciudadanos. Que había que estar más en la calle y conocer directamente los problemas que aquejan a una población que sufre como nadie las consecuencias de la crisis.
En nuestro entorno más inmediato Alberto Núñez Feijóo, presidente regional del partido y del Gobierno autonómico, sufre unas tremendas consecuencias: pierde su amplio poder  provincial y local –ayuntamientos y diputaciones–,  quedándose apenas sin suelo político. Algo que conserva el orensano José Manuel Baltar al que  muchos, los más cercanos, comienzan a ver como el sustituto natural del jefe del ejecutivo gallego.
Las Mareas, señor Rajoy, le llevaron la toalla de la playa. Y usted, cuando salió del agua intentando acercarse a la ciudadanía, no se dio cuenta ni se quiso enterar, en su dinámica habitual de que los temas se resuelven dejándolos  parados y en reposo… Dentro de algo más de medio año tan solo le puede salvar que los empresarios creen más de medio millón de puestos de trabajo (Sic). Yo por el momento no me lo creo, que quiere que le diga.

Rajoy, ahora entiende las Mareas

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