¿Está el fútbol en peligro?

Esto no tiene fin. Les hablo de la violencia en el deporte rey. De quienes confunden el deporte con la guerra y que uno acaba llegando a la conclusión de que el fútbol se está convirtiendo en una mierda. Sobran ejemplos. Los últimos, lo ocurrido en la final de la Copa Libertadores donde River y Boca se juegan el título y donde el fanatismo de sus aficiones parece no tener límites. Tampoco me olvido de la Champions donde la brutalidad continua haciendo que algunos clubes y sus fanáticos seguidores perduren en sus actos de rabia y furor sin que los organismos correspondientes pongan coto a semejante vandalismo. 

Hablando de barbaries, no salgo de mi asombro cuando presencio hace unos días, imágenes de un partido de infantiles donde padres, madres, y los propios protagonistas, se lían a guantazos. Son las auténticas vergüenzas del fútbol actual que destapan la falta de respeto que se vive en este deporte. 
Este tipo de violencia no tiene cabida en nuestra sociedad. Sobran medios para erradicar esta barbarie si la justicia quiere y los que se llevan la pasta del deporte, también.

Me resulta vergonzoso ver como auténticos mocosos, chavales de no más de 9/13 años, se involucran junto a sus padres y madres, en peleas multitudinarias que lo único que generan es odio. Los partidos no se ganan a puñetazos. Esa no es la ley del fútbol que queremos para nuestros hijos y nietos. Ni para nadie.

Pero no todo es culpa de los chavales. Sus padres, los que piensan que cada uno tiene un Messi o un Ronaldo en su casa, deben recapacitar.

A ellos se les debería poner la cara colorada. Si los padres, que casi siempre pierden el control de la situación y reaccionan de forma patética, qué vamos a esperar de los hijos. Hay quien dice que el fútbol es para los listos e incluso que todo vale. ¡Qué hipocresía! En el deporte es más importante saber perder que ganar. Lo ideal es que un padre le pregunte a su hijo si lo pasó bien y no si ganaron. Ahí sí es cuando se demuestra que el fútbol es solo un juego.

¿Está el fútbol en peligro?

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