MUROS DE PIEDRA

Este pasado sábado veía cómo un conocido en su muro de Facebook publicaba una imagen de Albert Rivera, líder de Ciudadanos, con una fotografía de Francisco Franco. En su comentario venía a decir algo así como que a Rivera se le veía el plumero. Yo, que soy de natural escéptico, busqué un poco por internet y descubrí que la foto era un burdo montaje, incluso encontrando la noticia original, donde se podía ver al sonriente Rivera con un póster de Naranjito.
El lunes me volvió a suceder algo similar. Otro conocido publicaba una foto de un joven haciendo el saludo nazi y recortada. En su comentario identificaba al susodicho nuevamente con Albert Rivera y lo acusaba de un pasado fascista. No me hizo falta buscar mucho para encontrar nuevamente que la historia era falsa. Y no solo eso, sino que con anterioridad se le había adjudicado la misma foto a Pablo Casado, portavoz de campaña del PP.
Tanto en un caso como en el otro, les hice saber a mis “amigos” que se habían equivocado en sus publicaciones, remitiéndoles a las fuentes originales. Y tanto uno como otro se comportaron de igual forma. Ni un solo comentario reconociendo que habían sido engañados y, lo que a mi entender incluso es peor, manteniendo en sus muros ambas mentiras. Es muy fácil caer en engaños en estos tiempos que corren. Ya lo he comentado otras veces, que la cantidad de información que nos bombardea nos deja mucho más vulnerables a ser víctimas de intoxicación.
Errar es de humanos y cualquiera puede caer en uno de estos fraudes. Y no pasa nada. No pasa nada si luego cuando alguien nos hace ver la verdad reaccionamos. Lo mínimo sería borrar esas mentiras y no permitir que se sigan extendiendo, que a veces pareciera que los muros de Facebook están hechos de piedra y no es así. En este caso ha sido Albert Rivera y Ciudadanos el ejemplo que he usado, pero esto ya ha sucedido otras veces y con gente de todos los partidos, aunque es cierto que hasta ahora han sido los populares los que más se han visto metidos en este tipo de embrollos.
Ese adagio que dice “se non è vero, è ben trovato” se aplica con mucha ligereza en nuestros días y no estaría de más que a veces nos preocupáramos algo más de los hechos contrastables y dejásemos de compartir tantas fotos de dudoso origen. Que luego bien nos quejamos de que los medios de comunicación nos manipulan.