Interferencias

“Interferencias” es el título de la muestra que ofrece, actualmente, la galería Vilaseco Hauser y en la que participan los artistas Antonio Murado (Lugo, 1964), Manuel Caeiro (Évora, 1975), Nico Munuera (Lorca, 1974) y Peter Krauskoft (Leizip, 1966). Sus obras, aunque parten de disímiles parámetros, podrían encontrarse en aquello que Alberto Ruiz de Samaniego llamó –hablando de la obra de Murado– “la poética de los límites” pues efectivamente, en el quehacer de los cuatro se siente esa tensión por ir más allá, por abrir espacios o tal vez por descubrir bajo la aparente calma y la lisura de las aguas, la profundidad oculta.
Aguas enmarcadas, quietas, donde flotan leves ramitas y nenúfares, es lo que se aprecia en las obras de Murado, realizadas con tratamiento digital; y son los reflejos en las aguas del río Elba uno de los temas de Krauskopf; en cuanto a Munuera sus Flag (¿banderas?) semejan gaseosas cortinas que parecen tapar entradas hacia pasajes escondidos.
Incluso, el que aparentemente más se sale de este guión de los límites, Manuel Caeiro en su única obra expuesta, que es “Fin de obra”, deja también entrever la idea de muro o de pared límite, contra la cual se apilan las tablas o palos que han servido de sostén o armazón, pero este tablazón que ha quedado ahí como olvidado parece estar pidiendo no un fin, sino otro principio, una nueva vida; excelente pintor, Caeiro consigue con estos “restos” una composición de  ritmo casi escultórico, con forma piramidal truncada, al tiempo que juega con efectos de trompe l’oeil, de manera que las tablas parecen salirse del cuadro y sus sombras sobre el fondo blanco son casi táctiles, igualmente los residuos de pintura  adheridos en las tablas aparecen con texturas que imitan el relieve.
Munuera indaga, sobre todo, en los efectos de color, investigando con combinaciones de bandas verticales, en un juego de variantes de armonías y contrastes. Un aterciopelado tratamiento cromático en gamas de gran sutileza, combinado con un amplio sentimiento espacial, caracteriza la obra de Krauskopf, si bien en las obras de pequeño formato usa el collage y hace guiños a los paisajes de Ruisdael o de Jochem Goverttsz; los suyos son, en general, espacios de silencio, de quietud, bajo los cuales se presienten levísimos fluidos y pequeñas fisuras.
Si aceptamos la acepción de interferencia en su sentido de acción recíproca de las radiaciones o de las ondas físicas (y no en el de estorbarse), las creaciones de estos cuatro artistas encuentran en esta muestra un territorio de diálogo y afinidad.

Interferencias

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