Conocida la película basada en el libro de Manuel Rivas (Todo es silencio) sobre el mundo del contrabando y el narcotráfico en un lugar de todos conocido; con la novela de un juez sobre cómo robar en la catedral compostelana, nos llegó el ruido –noticias, tertulias, etc.,– del caso de un paisaje marino con paisanaje conocido.
Así pues necesitamos llevar al celuloide –ahora que buscan aquí metales preciosos, las empresas extranjeras– la búsqueda de nuestro “El dorado” particular.
Y no se trata de hacer una copia de aquel filme de “vaqueros” con John Wayne, sino de basarnos en la auténtica leyenda que trata de un lugar mítico –Eldorado– con grandes reservas de oro, buscado por exploradores españoles e ingleses, y donde a los herederos al trono lo rociaban con oro en polvo.
Sucede, ¡no podía ser de otra forma!, colegas, en un país del extranjero y hay polvo, claro que sí, y algunos testimonios que, por desgracia, vienen en papiros y no en conversaciones telefónicas como sucede en la actualidad.
Hay, entre los historiadores, un problema de fechas: ¿el bueno e ingenuo protagonista habló con el malo y convicto antes o después de la tercera luna, antes, durante el fusco y lusco?
Y esos documentos, de gran importancia para el guión de la película, ¿cómo no se transcribieron, no aparecen en los atestados, digo, fichas para que, una vez archivadas, llegaran al poder de nuestros contemporáneos?
Uno de los personajes más importantes es el brujo, hechicero o chamán de la tribu –una especie de árbitro o juez, para entendernos– que, un poco mosca con la cantidad de polvo (polvo de oro, claro) que circulaba después de cada “viaje” de los protagonistas, a quienes se les verá en la película en fiestas, celebraciones del cambio de luna, etc., se dedicó a recopilar datos, testimonios y alguna pintura (¡hoy serían fotos o llamadas móvil a móvil!) donde quedaban reflejadas reuniones y viajes… Pero no se lo cuenta a nadie aunque, palabra, nadie entiende eso.
El padre del chico (jefe de aquella tribu) recompensa al chamán, árbitro o juez, con una propuesta que no podrá rechazar… y no rechazó.
Todo esto aderezado con música, danzas y, si la censura lo permite, correrá el polvo (de oro,) por lo que la película tendrá que ser para mayores y con reparos.
Estén atentos a las pantallas, please.