El sábado sabadete depende del Depor

Tenemos por delante un sábado dramático. El Deportivo se mide mañana a una Real Sociedad que llega a Riazor con la idea de amargar la temporada al club coruñés y a su afición. Una afición que se está volcanda con el club renovando los carnets de socios para la temporada próxima sin saber aún en qué categoría jugará.
Ya metidos en cuestión meramente futbolística, me echo a temblar. Temo, y mucho, al equipo de San Sebastián. Aquí no valen las estadísticas. Aquí no vale que el partido se dispute en el estadio coruñés. Aquí no vale que la afición se vuelque con la plantilla. Aquí no vale ese lema tan cacareado en todos los campos de España cuando las urgencias apremian. El “sí se puede” comienza a ser una pesadilla, empalagoso.
Dejémonos de coñas marineras. Aquí no vale ser el dueño del balón si no se marcan goles. Aquí no vale la supuesta ventaja de que el Deportivo tiene la sartén por el mango. Aquí no vale que nuestro rival y también el más odiado, el Celta, esté con la soga al cuello y rezando para que el encuentro de Riazor se convierta en su casi imposible salvación. Aquí no valen los cálculos por si al Deportivo se le nublan las ideas y ver qué resultados obtienen Celta, Zaragoza y Mallorca para evitar la tragedia del descenso.
Lo que sí vale es ganar. Lo que sí vale es marcar más goles que el rival. Lo que sí vale es echar pelillos a la mar y olvidarse de viejas rencillas con la plantilla que todos conocemos. Lo que sí vale es que Riazor se convierta en el centro de interés de esta España adormecida por tanto paro, tanto engaño y tanta falsedad, lo que significaría que se ha cumplido el objetivo de la permanencia. Lo que sí vale es que el Depor no mire para otro lado.
También vale ganar aunque sea en el último minuto y de penalti injusto. Lo que sí vale es tomarse las cosas con calma, ya que las prisas no suelen ser buenas consejeras. Lo que sí vale es ser optimista. Aunque sólo sea por una vez. Mañana es el día. No hay disculpas. El que no lo tenga claro, que rece, que le ponga una vela, de las más caras, a San Judas, patrón de las causas perdidas. Solo vale ganar.

El sábado sabadete depende del Depor

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