Un sueldo que no es de dibujos animados

En los tiempos de Santa Teresa de Jesús no existían las ONG, de ahí que la buena mujer de Ávila collese tanta sona por sus desvelos en favor de los desvalidos. En los tiempos en los que Gayoso, Pego, Gorriarán and company ocupaban la cúpula de Caixanova, sí existían las ONG, pero el grupito era muy aficionado a suplantarlas y establecía jubilaciones supermillonarias, de las que casualmente los beneficiarios eran ellos mismos. Entre la época de Santa Teresa y la de Caixanova nacieron los Estudios Disney, cuyo consejero delegado, Bob Iger, cobra un sueldo anual de 65 millones de dólares (algo más de 58 millones de euros). Abigail Disney, nieta de don Walt, el fundador de la empresa, califica de “locura” semejante soldada, que produce “un efecto corrosivo en la sociedad”. Tiene toda la razón. ¡Qué pena que ya no exista Caixanova!; el tal Iger hubiese hecho una carrera brillantísima en la entidad.

Un sueldo que no es de dibujos animados

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