“Yo no he disparado a nadie, la fiscal no ha podido demostrar lo indemostrable”

“Yo no he disparado a nadie, la fiscal no ha podido demostrar lo indemostrable”
Blanco Vila y Alberto Souto durante una de las sesiones del juicio, que ayer quedó visto para sentencia quintana

 Durante las seis sesiones que ha durado el juicio por la muerte de los dos hombres desaparecidos en Muros en noviembre de 2008 cuyos cuerpos fueron hallados, despedazados, en la arqueta de una vivienda unifamiliar de Fonteculler pudo verse al propietario del inmueble y principal acusado, Ramón Blanco Vila, Coque, tomando apunte de cuanto declaraban testigos y peritos. Ayer, después de escuchar cómo las acusaciones le señalaban como único autor de los asesinatos y pedían para él penas de entre 43 y 53 años, leyó al tribunal de la Audiencia algunas de sus anotaciones, que le sirven para exculparse, a él y a varios de los acusados, y para implicar en las muertes al hombre que destapó los hechos, procesado solo por colaborar en los descuartizamientos y encubrir el crimen. “No he disparado a nadie, por eso la fiscal no ha podido demostrar lo indemostrable”, afirmó, antes de tirar su dardo: “Si Alberto no les hubiera disparado, posiblemente hoy serían ellos los que se sentaran en este banquillo”:

El argumento enlaza con una de las declaraciones que prestó durante la instrucción de la causa, en la que señalaba a Alberto Souto como la persona que le acompañaba aquel 9 de noviembre en su residencia de Aranga, cuando los fallecidos llegaron para reclamarle una deuda de 900 euros de hachís por una compra de droga.

 Absolución > Como ya había hecho en la primera sesión del juicio, Blanco Vila admitió ayer, únicamente, que ocultó los cuerpos, un delito del que excluye a su esposa y a otras tres de las personas procesadas. Esa es también la tesis que sostiene su defensa, que ejerce el letrado Manuel Ferreiro, quien pide la libre absolución al entender que no existe ninguna evidencia de que Blanco Vila sea el autor del crimen, más allá de las palabras de una de las personas presentes en la vivienda aquella noche –un coimputado y no un testigo presencial, según matizó–: “Las pruebas solo corroboran lo que Coque ha reconocido. (...) Nadie discute que las muertes se produjeron en la casa (de Aranga) ni que colaboró en la ocultación. Él mismo lo ha reconocido”.

Para el abogado, la versión que maneja la Fiscalía resulta “inverosímil”, en tanto en cuanto culpa a Coque de haber acuchillado, golpeado y abatido a tiros a las dos víctimas, una de ellas un traficante peligroso con antecedentes violentos, mucho más fuerte que él y posiblemente armado.

Así lo cree en cambio la representante del Ministerio Público, que en sus conclusiones definitivas culpó ayer a Blanco Vila de haber actuado con alevosía al dar muerte a Manuel Ramón Luces y Javier Toledo. Según entiende probado, el acusado “usó los instrumentos y armas necesarios” porque sabía que aquella noche los dos hombres acudirían a su casa para saldar la deuda de drogas y para ello se hizo con una pistola, que según entiende es la misma que aparecería en el domicilio de otros dos procesados durante los registros, meses después. “Estaba avisado”, destacó la fiscal, en relación a la treintena de llamadas que uno de los fallecidos realizó aquella jornada al teléfono de Coque y a los de su mujer y un conocido, donde vertía sobre él amenazas de muerte.

Siguiendo este criterio, la acusación pública ve indicios de que Blanco Vila se preparó para acabar con sus visitantes, privándoles de defensa: de uno recuerda que padecía VIH y que recibió el tiro desde un plano superior, lo que la lleva a concluir que estaba arrodillado o tumbado; y en cuanto al otro, mantiene que su atacante le disparó por la espalda, “por sorpresa”.

Tales razonamientos llevan a la fiscal a entender que el crimen se cometió con alevosía. Pero además, de las múltiples heridas por arma blanca que los cadáveres presentaban deduce que los hombres fueron torturados. Es en este punto donde ayer introdujo el Ministerio Público una calificación alternativa a los hechos, que incluye una rebaja de diez años respecto a los 53 que solicita de acuerdo con su tesis principal: de entenderse que las cuchilladas fueron en vida acusaría también por ensañamiento, que no contempla en caso de considerarse que los apuñalamientos y golpes se perpetraron post mortem.

 

Sin alevosía > Ninguna de estas opciones acepta la defensa, que de forma subsidiria solicitó ayer una condena por dos homicidios para Blanco Vila, bajo la premisa de que aún si se le considera autor de los disparos nada demuestra que atacara a los traficantes de forma sorpresiva. En ese sentido, se remitió a los testimonios de la esposa y el otro acusado que aquella noche estaban en la casa, y que afirman que oyeron varias voces en la cocina, una discusión, sonidos de pelea y, finalmente, varias detonaciones.

“Ni asesino, ni homicida, ni descuartizador”, se defendió el principal acusado, en un último turno de palabra que aprovechó para cargar contra los dos coacusados cuyas confesiones sirvieron de base para la investigación judicial –“mi hijo mayor, que tenía dos años y medio, es más inteligente que algunos de los que se sientan en el banquillo”– y contra la jueza instructora y los funcionarios de Teixeiro. Su intervención le sirvió además para desligarse de los robos por los que están siendo investigados seis de los acusados, y que llevaron a los investigadores, y también a la Fiscalía, a considerarlos una “banda organizada”, tanto para perpetrar esos asaltos a chalés como para implicarlos a todos en los descuartizamientos. “No soy ningún cabecilla de una banda de ladrones, ni siquiera soy integrante”, rebatió.

También Alberto Souto utilizó su derecho a una última palabras –todos a excepción de dos procesados lo hicieron– para acusar a Blanco Vila de “seguir mintiendo”. Solo coincidió con él a la hora de descartar la existencia de esa organización criminal: “No éramos una banda. Ni Pilar, ni Toni, ni Mónica, ni Vampi... solo éramos yo y Coque los que robábamos”.

“Yo no he disparado a nadie, la fiscal no ha podido demostrar lo indemostrable”

Te puede interesar