Los usuarios de la AC-14 destacan la mejora de tiempos y la poca señalización

Xabier e Irene tardaron ayer más de la cuenta porque se liaron a la hora de salir y aparecieron en Mesoiro cuando lo suyo era salir en O Birloque. Sin embargo, sus viajes rutinarios a Cerceda se verán favorecidos por la Tercera Ronda, que se convierte estos primeros días en un atractivo turístico más que un vial de paso. Poca gente no sucumbe ante la curiosidad y, según los testigos, el volumen de coches va en aumento para conocer los intríngulis de una autovía que se irá masticando poco a poco.
Eso es al menos lo que advertían las autoridades en la inauguración. En su camino al trabajo en Marineda, Beatriz siguió recto sin encontrar la salida que la dejara a los pies del centro comercial. Lois quiso cogerla ayer para volver a su casa desde el polígono de Pocomaco, pero se encontró que desde la rotonda de Mesoiro que accede al nuevo asfalto no hay más opción que ir por el trazado que conecta directamente con Marineda.
La bifurcación donde el conductor tuerce a la izquierda si su destino se encuentra en la zona de Cuatro Caminos o sigue por la derecha para llegar a Riazor es el punto más conflictivo, según los primeros usuarios. El presidente de la asociación de vecinos de A Zapateira, Juan Sánchez-Albornoz contaba que resulta extraño que Cuatro Caminos quede en el margen izquierdo. Lleva a la confusión. También cree el portavoz que la rotonda del Pavo Real se presenta complicada al entrar “muy ligero y te encuentras con semáforos, glorieta y mucha densidad de tráfico de repente”.
Por lo demás, se muestra contento después de 18 años de espera. Destaca el paisaje, “una perspectiva distinta de A Coruña”, con un lado malo, en el tramo que deja a un lado las chabolas de As Rañas.
En cinco minutos, el vecino de A Zapateira desembocó ayer en Riazor. Tres minutos y 20 segundos tardó Lois en llegar ayer desde la estación de buses hasta Pocomaco. Para Albornoz, el nudo de la avenida de Glasgow-Pablo Picasso será fundamental para que fluya mejor. Algo en lo que coincide con Ramón Mañana, de la asociación vecinal Os Anxos.
El responsable no entiende cómo a estas alturas están poniendo los márgenes para el carril bici en esta carretera en vez de aligerar las obras: “El barrio parece una selva”. Falta señalización no solo de las salidas, sino de stops y pasos de cebra que eviten choques y accidentes. La entrada en la Tercera Ronda por la rotonda de O Birloque está confusa para un residente que ve en la circunvalación una inversión de luminaria excesiva cuando en la calle apenas hay farolas. Para Ramón Mañana, apenas existe información de las opciones que tiene el usuario al volante.
A falta de completar la actuación con las conexiones de Mesoiro y la Universidad y el trozo que va de Salgado Torres a Marineda, el vial gana adeptos según avanzan las horas abierto. Albornoz destacaba el importante volumen que se condensaba ayer a lo largo de los cuatro carriles “y eso que era domingo”, por lo que hoy se verá cómo responde en una jornada laboral.