De Nueva York a los vacíos arquitectónicos

El Ideal Gallego-2011-05-05-012-bc63f189arte nuevas exposiciones

Si Roberto Yepes se queda en el Club Financiero con las líneas arquitectónicas de Nueva York, Óscar Cabana se detiene ante el vacío, igual que Pablo Mella y Beatriz Pérez y los tres construyen un corpus en 981 Style. Al mismo tiempo, Xerión ofrece los paisajes de J. Isern y la Alexandre Bóveda, una colectiva de grabados. En la variedad está el gusto.

Reportaje de marta garcía márquez

A Roberto Yepes, Nueva York le pedía una historia. Él la escribió con pincel y una visión de atmósferas envolventes que hablan del bullicio sin gente. Porque, en este caso, son las líneas verticales de los edificios, los semáforos o las luces reflejadas en los charcos los que gritan. El pintor prescinde de las personas y de los sitios conocidos. No hay más referencia que el frenetismo que se respira en calles que se distinguen por números.
El espectador tiene la oportunidad de realizar un paseo newyorkino en el Club Financiero, en el que estará arropado por monstruos de hormigón. Edificios anónimos que Yepes fue recogiendo con su cámara y que hoy relata a modo de lienzos. Son acrílicos que se mueven entre el hiperrealismo y tienen toques expresionistas e impresionistas.
En este sentido, el coruñés busca un encuadre distinto y como si fuera un peinado, lo difumina con laca. Entonces, Nueva York amanece en cada cuadro en una atmósfera distinta. Yepes confiesa que ese ambiente tiene mucho de William Turner, al que considera su guía en la pintura. Es así como las composiciones adquieren un matiz romántico que hace que el público piense por un momento en dar un salto para situarse en el asfalto y beber de esa magia que Yepes anuncia. En una ciudad que nunca duerme.
Sin salir del campo de la arquitectura, el pintor Óscar Cabana, la escultora Beatriz Pérez y el fotógrafo Pablo Mella ofrecen también desde hoy en la galería 981 Style su visión personal acerca del vacío. En el caso de Cabana, el pintor plasma paisajes urbanos e industriales, se detiene en las grandes infraestructuras. Los “mamotrecos” encierran aire. Son construcciones minimalistas donde los tres se hacen con elementos capaces de expresar vacíos.
En sus creaciones, no hay nada de superfluo y, de algún modo, la arquitectura se vuelve sincera. Pablo Mella, por ejemplo, hace clik ante fragmentos de cielo y las luces son protagonistas de instantáneas donde las masas simplemente delimitan. El resto está preparado para que el curioso las recorra.
Por su parte, Beatriz Pérez rescata lo esencial de las formas geométricas para crear joyas con volúmenes sin ningún tipo de artificio. Sus composiciones juegan con el espacio y los efectos lleno-vacío. Tienen un lenguaje propio.
La muestra “Vacioconstruido” unirá a los tres artistas a través de un mismo cordón umbilical llamado “vacío”. Aquí se podrán ver fotos como soporte de la pintura, pinturas realizadas a partir de bocetos de joyas, instantáneas de arquitectura o esculturas arquitectónicas.

Paisajes > Por otro lado, Xerión presenta la exposición de “J. Isern”, que se podrá ver durante todo este mes, y en la que el público se recreará en los paisajes que el artista plasma al detalle, cuando la naturaleza sale a pastar a la ciudad.
La asociación cultural Alexandre Bóveda inaugura, a las ocho de la tarde, una colectiva de grabado, en colaboración del taller Milpedras, y, además, Atlántica centro de arte ofrece desde hoy, a las ocho de la tarde, otra perspectiva del artista Moncho Borrajo, que expondrá en el local de la calle de Federico Tapia una selección de su obra más reciente. La última.

De Nueva York a los vacíos arquitectónicos

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