Un reducto de tradición zapatera en las manos femeninas de dos jóvenes

Un reducto de tradición zapatera en las manos femeninas de dos jóvenes
acuña y soneiro realizan en su local todo tipo de arreglos pedro puig

El tópico del zapatero remendón ya no es lo que era, a golpe de crisis el negocio se renueva en A Coruña porque lo fundamental es reciclar el calzado lo máximo posible. Y unas de las que llevan la voz cantante en la profesión en estos momentos son dos jóvenes, para más indicaciones mujeres, para las que el oficio parecía vetado tradicionalmente. Pero ahora el negocio Tucos, de Lorena Acuña, es todo un reclamo porque además ofrecen extras.

No son un zapatero de toda la vida porque se adaptan a los tiempos. Pero tampoco hacen “el trabajo de forma mecánica como los zapateros rápidos”. La propietaria de Tucos (en las galerías de la avenida de Rubine), Lorena Acuña, trabaja con las suelas o los tacones como una “artesana” de las de siempre porque hace unos años se preocupó –a pesar de que no es muy habitual ver a mujeres en este sector– de aprender el oficio antes de que este desapareciera para dar paso al arreglo rápido que deja salir del paso.

Ahora, desde que trasladó el negocio, atiende a gente sin parar. “Incluso tenemos lista de espera para la horma que funciona muy bien porque miramos mucho a los clientes”. Y es que llegar a Tucos para un arreglo mayor significa sentarse en un sofá, descalzarse y dejar que tanto Lorena como su empleada Sandra Soneiro investiguen cual podólogas si el cliente tiene “juanetes, dedo de martillo...” o cualquier otro problema.

“Tenemos una atención muy personalizada y, al ser mujeres, a la gente le da menos reparo enseñarnos los pies”, explica Acuña. Además, el 80% de la clientela son féminas y confían a ciegas en sus consejos. “Nos piden opinión porque también utilizamos todo tipo de calzado y las entendemos mejor”, reconoce, algo que se demuestra con los encargos de gente que además de ser del barrio llega desde otras zonas.

 

crisis y renovación

Pero la artesanía no va reñida con la innovación y también se han hecho un hueco en la reparación de bolsos o de lo que llegue por la puerta. Como anécdota pueden presumir de haber puesto a punto incluso una dentadura postiza pero su punto fuerte son los cosidos de cremalleras y los teñidos de bolsos y zapatos.

“Teñimos todo y debemos de ser las únicas que tiñen en todos los colores en la ciudad”, cuenta. Además, con la crisis se han hinchado de renovar decenas de zapatos para el colegio. n

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