Reportaje | Gastón espera impaciente la llegada de un nuevo hermanito

Reportaje | Gastón espera impaciente la llegada de un nuevo hermanito
El tiburón toro es tranquilo y lento de natación, ideal para los acuarios | pedro puig

El Acuario le busca un compañero a Gastón. Será la gran novedad de este año. La incorporación de un tercer tiburón toro que aletee junto al de Brest y a “Hermosa”, no tan conocida, pero igual de escualo que él, se materializará en los próximos meses. A sus 18 años, Gastón es uno de los más viejos en cautividad de los acuarios de España. Según el director técnico del museo, Paco Franco, su mayoría de edad equivale en realidad a unos 60 años y puede alcanzar los 20 y muchos si no le surge contratiempo alguno. En Barcelona, hay varios que lo superan en la carrera por cumplir primaveras en un tanque. Xhirka y Mar son dos ejemplares treintañeras que llegaron con 20 años a la ciudad condal.

Desde allí cuentan que esto no es nada si se compara con el tiburón de Groenlandia: “Es el vertebrado que vive más, llegando a los 400 años, esto es, que los mayores del océano vivían cuando Cervantes escribió ‘El Quijote’”. Su edad exacta la dicta el DNI de sus ojos, se data por el cristalino, una proteína que es la misma que cuando nacen o por la vértebra que, al igual que los troncos de los árboles, va dibujando anillos según van creciendo.

Sin embargo, no todos los tiburones son aptos para poblar los acuarios. Los Toro se adaptan al perímetro porque son lentos de natación y no necesitan recintos excesivamente grandes. Cuentan desde el Acuario catalán que no tienen nada que ver con las tintoreras, con las que se probó en O Grove y que terminaron “saltando fuera de los tanques, son muy nerviosas”. Eso sí, con Gastón poco o nada se puede jugar, pero tienen un carácter tranquilo y se amoldan a las circunstancias.

Como el que capitanea la sala Nautilus, hay otros más fuera de A Coruña. En el Oceanográfico de Valencia, Amparo, Gilda, Roco, Sara y Sabrina llevan desde 2003 juntos en el mismo cubículo. Dicen que vinieron con cierta edad, por lo que es fácil que superen los 16. En San Sebastián hay otros dos, Txuri, que significa blanco en euskera, y Conchita son uno de los atractivos del Acuario. Tienen 19 y 12 años, respectivamente. En Gijón, Currín y Elisa entraron por la puerta el mismo día que inauguraron el centro hace doce años. Venían de otro acuario, aseguran desde Asturias.

Unos y otros probablemente arribaron en estas peceras gigantes desde Miami, que surte a la mayoría del resto del mundo o de Sudáfrica.
En este caso, Gastón se llama así porque es “un tiburón bretón”, que vino del Océanopolis de Brest. Habrá que esperar a saber la identidad del nuevo, que supondrá un desembolso importante de dinero, comenta Franco, aunque menos que los delfines, apuntan los catalanes.

Esta especie practica el canibalismo intrauterino, se come a sus hermanos en el propio vientre y los supervivientes salen a la superficie y toman aire. Lo guardan en el estómago y esto les permite flotar. Gastón está deseando conocer a su hermanito. Los coruñeses también.

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