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martes | 30 abril | 2024
Por estadísticas como la que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Provincia de A Coruña publicó estos días, en la que del 15 al 25% de los coruñeses se automedicaba con sobrantes de antibióticos de anteriores tratamientos, el colectivo presentó ayer una campaña de sensibilización ante el uso indiscriminado de este tipo de medicamentos. Un total de 550 carteles y 165.000 bolsas de papel poblarán las farmacias para concienciar de la gravedad del asunto. El experto Jorge Barros contó ayer en la sede del colegio que “Naciones Unidas lanzó una acción global comparable únicamente a las que presentó por el sida y el ébola”. Y es que el abuso de antibióticos hace “que las bacterias se vayan adaptando y estos pierdan eficacia” hasta el punto de que 25.000 europeos mueren por infecciones que las medicinas no son capaces de frenar. En España, el profesor explicó que la media está por debajo de otros países como Grecia, el que peor consume estos fármacos, pero por encima de los nórdicos, de Francia y Alemania.
La administración sin control de los medicamentos se extiende a la veterinaria con la amenaza de que estas bacterias que no mueren “se pueden transmitir a través de la cadena alimentaria”. La ONU envía el mensaje de SOS no solo a las farmacias, también a los gobiernos y colegios y a las multinacionales que envasan las medicinas y que redujeron las unidades hace tres años para evitar segundas vueltas. Sin embargo, el problema está extendido y “son muchos los que nos vienen diciendo que las pastillas se las pasó un vecino”, comentó el presidente del colegio, Héctor Castro. El riesgo se agudiza cuando se trata de trasplantados o enfermos de cáncer, “especialmente sensibles”. El porcentaje de mortalidad llega en estos casos hasta el 30%. Para ello, Castro aconseja tomar solo antibióticos con prescripción médica y completar el tratamiento, no dejarlo a medias, para evitar recaídas, donde “puede resultar no ser efectivo”.
Además, los fabricantes tendrán que acudir a fórmulas antiguas.
