Para Platas, "la única posible solución para salvar al Derecho es el fortalecimiento del Estado democrático, con una exquisita separación de poderes".

El acto de ingreso de Platas en la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación se ha celebrado en la sede del Colegio Provincial de Abogados de A Coruña, entidad de la que es decano.

Rodeado de compañeros de profesión, ha recibido el título de Académico de Número y la medalla número 10 de la institución de manos de su presidente, el magistrado José Antonio García Caridad.

Como padrinos del acto actuaron dos académicos que le antecedieron en el decanato que ahora ocupa, los letrados Cesar Torres y Jesús Varela Fraga.

Otro abogado, José Manuel Liaño Flores, fue el encargado, en nombre de la Academia, de dar respuesta a su discurso.

Platas, con 50 años de experiencia profesional a sus espaldas, ha elegido para su discurso de ingreso un tema muy pegado a su actividad cotidiana y ha disertado sobre la figura del abogado y su papel sustancial en la creación del Derecho.

Ha defendido situar al abogado como "agente activo en la creación del Derecho", porque, ha afirmado, "la justicia comienza en el despacho de un letrado".

También se ha mostrado crítico con la tendencia restrictiva a la oralidad de los letrados en los procesos judiciales que se viene implantando desde 1985.

El académico entrante ha hecho una breve repaso en el "sentido" de la justicia dominante en la sociedad actual, de forma, ha dicho, que los postulados y principios del Derecho "hasta ahora sólidos, se convierten en la actualidad en flexibles, líquidos y lamentablemente coordinados con los principios de orden político".

"Como vemos, los abogados vivimos en terrenos jurídico-legales movedizos, en una etapa de desdibujada separación de poderes, con clara incidencia e influencia en el mundo judicial por parte del poder ejecutivo, lo que a la postre conduce a la mediocridad y al proceso de desintegración de la autoridad del Estado", ha advertido.

También ha destacado que en la esfera judicial el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo están "enfrentados", y ha subrayado que los órganos inferiores "desoyen directrices de los superiores sin sonrojo alguno".

"Por si fuera poco, en el propio Tribunal Supremo, al que corresponde el control de la legalidad, se produce una discusión doctrinal no sólo entre las distintas salas sino dentro de la misma sala entre diversos ponentes; y no pasará mucho tiempo en que las diecisiete comunidades autónomas incorporen un alto nivel de entropía, de desorden caótico jurídico-legislativo", ha vaticinado Platas.

También ha avisado de que "el panorama no está mejor en la esfera legislativa", en donde, ha explicado, "se está inmerso en idéntico proceso de desmembramiento y anarquía: se pugna entre el Gobierno central, las comunidades autónomas, las diputaciones y los ayuntamientos".

"La imagen llega a extremos lamentables cuando tenemos que hablar de intereses de partido, y las leyes son tantas que los jueces, hay que reconocerlo en su favor, se ven obligados a labores casi legislativas o al menos a interpretaciones progresistas, decidiendo y resolviendo en principios o necesidades sociales", ha zanjado.