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  La solidaridad bien entendida empieza por casa. Y en cierta manera, eso es lo que está haciendo Equus Zebra. Esta ONG, radicada en el barrio de la Sagrada Familia, nació hace cuatro años con la intención de apoyar a la creciente población inmigrante, tanto en su búsqueda de un empleo, como ayudándoles a subsistir con bienes básicos. Por este motivo abrieron un economato en la calle de Cardenal Cisneros que actualmente atiende cada día a unas 150 personas. Sin embargo, en los últimos tiempos, los miembros de la ONG han venido notando como a su local acude cada vez más naturales de A Coruña hasta llegar a los niveles actuales, en el que tan solo el 20% de su clientela es de origen inmigrante. El resto, cuatro veces más, son coruñeses que han visto reducido su nivel de vida hasta ver peligrar su subsistencia.  
“Antes era al revés: teníamos  un 80% de inmigrantes y un 20% de gente del lugar, pero todo ha venido cambiando desde hace dos años, en la que la proporción se ha invertido completamente”, explicaron desde las oficinas de Equus Zebra. Ahora, en su economato social entran parados de larga duración con menores a su cargo, los receptores de pensiones mínimas, víctimas de violencia de género, beneficiarios de la Risga, minusválidos o simplemente, familias monoparentales.
Muchos son del propio barrio de la Sagrada Familia, que siempre ha tenido un componente popular. “Hay que tener en cuenta que  estas 150 personas representan a 150 familias que tienen problemas para llegar a fin de mes”, recalcaron en la ONG. La comida del economato no es gratuita, sino que tienen unos precios casi simbólicos, destinados a sufragar los gastos que le produce a la ONG mantener un local abierto al público, no lejos de sus oficinas principales. Además de otras consideraciones: “Y es que la gente no aprecia las cosas por las que no paga”.  

Con pudor > También existe cierto pudor entre algunos de sus clientes, por acudir al economato, porque revela ante sus vecinos que se encuentran en una difícil situación económica. “Es algo que pasa más entre la gente de aquí que entre los inmigrantes, pero es cierto que  hay gente a la que le da pudor”. En tales casos, pagar aunque solo sea un euro por la compra, no solo ayuda a financiar la ONG, sino que también sirve para elevar la autoestima porque convierte al beneficiario de la ayuda en un cliente de verdad.
A pesar de ello, la necesidad aprieta, y en los casos más extremos en los que la persona en cuestión carece de los recursos necesarios para hacer incluso esta pequeña contribución la comida se entrega de forma totalmente gratuita. En los tres años que lleva funcionando el economato social, este ha tenido un uso intensivo, que se ha podido mantener gracias a una extensa red de donantes. Estas incluyen grandes empresas como Coca-Cola o Gadisa, así como municipios de toda el área metropolitana, además de entidades como Novacaixagalicia, la Fundación Coren y la Obra Social “La Caixa”. El año pasado consiguieron reunir 250 toneladas de alimentos fruto de estas donaciones, a las que se sumaron también particulares. Estos alimentos fueron distribuidos entre 36.000 coruñeses que se encontraban en situación de riesgo de exclusión social.