Con mesa y mantel. Así será la ‘cumbre’ en medio de la tormenta desatada tras la derrota en Sevilla. Los dos Fernández del Depor, el presidente Tino y el entrenador Víctor, se reunirán para comer en la jornada de hoy en una reunión en la que se hablará de presente pero, sobre todo, de futuro.
Es necesaria toda la tranquilidad posible para trabajar durante estas dos semanas hasta que llegue el partido ante el Valencia y desde el club se buscará esa paz tan importante.
No obstante el consejo, como ha dejado claro su presidente en las últimas declaraciones, también exige que la mejoría sea notable, sobre todo en cuanto a la actitud de los futbolistas que componen el plantel así como la intensidad que se pone en juego en cada partido o en cada entrenamiento.
Ganar al Valencia en Riazor traería, al menos por ahora, tranquilidad al deportivismo. Pero el Valencia es uno de los mejores equipos del campeonato y entra en los planes perder. Lo que no se puede manchar es el escudo y, en este sentido, se pedirá el máximo rendimiento a los futbolistas blanquiazules.
golpe al orgullo
La imagen es fundamental y la del Depor se resquebrajó después de la derrota en Nervión. Las crónicas de los periodistas sevillanos hablan de un equipo ninguneado que nunca opuso resistencia. Los propios jugadores del Depor, como Lux o Laure, lo han significado públicamente así como su presidente; fue un golpe al orgullo en toda regla.
Por las declaraciones de las últimas horas se ve que el problema está plenamente identificado, que los jugadores quieren cambiar la dinámica, así como su entrenador, cumpliendo con las exigencias ‘mínimas’ de competitividad.
De cualquier manera todo el deportivismo es consciente de que dos resultados malos pueden provocar la destitución del entrenador. ¿Habrá ultimátum a Víctor Fernández? Posiblemente no, pero si el Valencia ‘pasa por encima’ del Depor en Riazor y la visita a Cornellá de la jornada novena se resuelve de manera idéntica la situación de confianza que el consejo mantiene con el técnico cambiaría de manera ostensible.
Es la injusticia del fútbol. Más fácil cambiar a uno que a veinte. Aún así, con la sapiencia del técnico y el compromiso de los futbolistas es de esperar que la temporada pueda llegar al final con el objetivo cumplido y el cuerpo técnico que la empezó al frente de la nave. Sería lo mejor para todos.