Llaves, carteras, gafas e incluso despertadores. A lo largo de un año la Policía Local de Arteixo llega a custodiar más de cuatrocientos objetos variopintos y que han sido encontrados por los agentes o entregados por particulares que tienen la esperanza de que su dueño legítimo los pueda recuperar.

“De lo que más hay son llaves. Debemos tener como unos cuarenta kilos”, señala Daniel Sánchez, jefe del cuerpo municipal. El agente divide en dos categorías los artilugios: de un lado, los que llegan con documentación de su propietario como por ejemplo la gran mayoría de las carteras. En este apartado, en lo que va de año, la Policía ha rescatado 130 billeteras.

“En estos casos, lo que hacemos es remitir vía postal a sus dueños el objeto, a la dirección que aparece en el DNI”, explica Sánchez.

Respecto a las “trescientas o cuatrocientas” entradas restantes, en las que no se puede localizar al propietario, la comisaría las custodia durante unos seis meses y después se destruyen. “Si hay alguna cosa de gran valor las dejamos más tiempo, aunque es raro que aparezca algo así”.

Un sobre con 3.000 euros

Dos sobres con importantes cantidades de dinero terminaron este año en la oficina municipal. Gracias a la buena voluntad de un vecino y a la labor de los agentes, sus propietarios pudieron recuperar sus euros.

“Este año los policías encontraron un sobre en la calle y otro apareció por una llamada. Uno contenía 600 euros y el otro 3.000”, recuerda Sánchez que añade que en ambos casos pudieron localizar a su legítimo dueño gracias a que dentro de los sobres había algún tipo de indicación para realizar un pago.

“Creo que al final, el que había perdido 3.000 euros le dio cien de propina a la persona que se lo había devuelto”, indica el responsable del cuerpo.

despertadores y una pesa

Si lo que más abunda en la comisaría son llaves, el armario de los objetos perdidos también guarda un buen número de móviles. “Hay de todos los modelos” y más de uno con un buen número de años a su espalda.

Entre las curiosidades se encuentra un pijama y despertadores. Preguntado por esto último, Sánchez asegura que les “han llevado varios” y no se trata de un hecho puntual.

Pero, en la escala de las anécdotas destaca el caso de un hombre que llevó hasta la comisaría una “balanza de droga y con marihuana”, detalla Sánchez. En este punto, indica como hipótesis que, este material puede terminar depositado en la calle porque su dueño “lo tira porque ve a la Policía cerca”, aunque tampoco descarta que se trate de un mero descuido y que al susodicho se le hubiese caído en mitad de la vía pública sin más.

Considera que, “muchas veces”, cuando los vecinos acercan estos artilugios a la comisaría municipal, es porque “no saben ni lo que es” y, con toda su buena voluntad, y sin ser conscientes de que se trata de sustancias ilegales, lo llevan sin ningún tipo de reparo.

Con tal volumen de incidencias por objetos perdidos, no es de extrañar que el que ha tenido un descuido y ha terminado por extraviar alguna posesión se acerque hasta la oficina de la Policía para probar suerte.

“Solemos tener una media de unas diez consultas a la semana”, expone Sánchez, lo que supone más de medio millar de visitas a la comisaría en el transcurso de un año.