Ignacio Martínez de Pisón: “Mis novelas se parecen mucho a la vida. Son libros ‘espejo’”

Ignacio Martínez de Pisón: “Mis novelas se parecen mucho  a la vida. Son libros ‘espejo’”
Copia de El Ideal Gallego-2017-04-28-036-b0fd01dc

“Derecho natural” (Seix Barral) entró por la puerta de la Fundación Seoane con el ciclo “Somos lo que leemos” para contar la vida, que se va hasta Barcelona, salta a Madrid y es rectitud, la del protagonista Ángel y adolescente, con sus padres. Él, actor de pelis de serie B e imitador de Demis Roussos, y ella, atendiendo a su marido “Guadiana” a pesar de la farsa o no farsa porque en el fondo se quieren. Y Ángel lo va viendo. En un relato de humor y tragedia. Trabajado, como todos los que firma Ignacio.

Vuelve de nuevo a ubicar una novela en la transición. ¿Qué le da esta época? 
La transición es la época en la que me hice persona. Cuando se aprobó la Constitución yo tenía 18 años así que la mayoría de edad le llegó a España al mismo tiempo que a mí. 
 
¿En qué se ha fallado? 
No se hicieron las cosas tan mal si piensas de donde veníamos. Estábamos en una situación complicada con amenazas muy diversas, pero tampoco estamos como para dar cursillos. El pacto de convivencia no se adaptó al momento actual. La constitución no se reformó, pero la transición no es la culpable. Con las mayorías del PP y el PSOE, se perdió la inclinación al consenso. Ahora solo vale lo de “o todos conmigo o todos contra mí”. Yo creo que nos pondremos de acuerdo y que se acabarán las mayorías absolutas, pero la democracia es algo que se aprende. Hemos ido haciéndolo, pero pasar de una dictadura a una democracia no es fácil. 

En “Derecho Natural” también se respira ese “tirar para adelante”, a pesar de las circunstancias.
Yo confío bastante en la sociedad española. Creo que somos capaces de convivir. Las redes sociales dan visibilidad a una pandilla de psicópatas que se dedican a insultar al que no piensa como él, pero el país es tranquilo y sabe pactar. En este sentido, Ángel está preocupado por la convivencia y su familia es una metáfora de la sociedad. Además, tiene una vocación jurídica, quiere dotarse con herramientas para regular esa convivencia. Él opta por la rectitud e intenta no hacer daño mientras que sus padres van por caminos torcidos. 

¿Difícil ponerse en la piel de un niño con esa mentalidad adulta? 
A mí me resulta muy fácil. Habla de la responsabilidad sobre adultos prematuros, padres adolescentes. Cuando era niño me horrorizaba pensar que los padres podían hacer las cosas mal, pero muchos transgreden las reglas. Por eso, la extrañeza de ver cómo sus padres se quieren, pero se llevan mal. De alguna forma, comparto con él haber estudiado primero de Derecho y aunque no seguí la carrera, esos primeros fundamentos del conocimiento del derecho me ayudaron. Las leyes son el mejor retrato de una sociedad. 

“Derecho natural” es tragedia de la que se traga fácil. 
Intenté hacerlo de humor y no solo por el tono empleado, pero a veces se vuelve triste y hasta tenebroso. 

Como la vida. 
Mis novelas se parecen mucho a la vida. Son libros como espejos. Hay dos tipos de novelistas: los que buscan sorprender con lo extraño y los que hablan de nosotros, de cómo somos e intentan que nos reconozcamos. Tenemos acceso a los secretos. La realidad es más hermética y no sabemos todo lo que les pasa a las personas cercanas a nosotros. Aquí lo sabemos todo.

¿El hecho de ganar un Premio Nacional de Narrativa por “La buena reputación” le ha hecho coger el boli con presión? 
Te hace más exigente, aunque siempre me he exigido mucho a mí mismo. Un pacto que tengo con el lector es darle los libros en el punto de cocción correcto. No tengo un talento sobrehumano, pero sí la capacidad de trabajar un libro lo suficiente como para ofrecerlo de la mejor manera que sé. l

Ignacio Martínez de Pisón: “Mis novelas se parecen mucho a la vida. Son libros ‘espejo’”

Te puede interesar