El serbio Novak Djokovic, número dos del mundo, se convirtió en el ganador del último Masters 1000 del año, el de París-Bercy, tras derrotar en la final al defensor del título, David Ferrer, por un doble 7-5 en algo menos de dos horas de juego.
Con su segunda victoria en la pista cubierta parisiense, tras la lograda en 2009, ‘Nole’ mantiene además abierta la pelea por el número uno del mundo al final de temporada con Rafa Nadal, un pleito que se dirimirá esta misma semana en la Copa Masters de Londres.
Djokovic ganó un duelo vibrante, apasionante por momentos, jugado de poder a poder desde el fondo de la pista. Ferrer dominó los dos sets, pero en el momento crucial de ambos se le encogió la mano y los dejó escapar. En cada una de las mangas, Ferrer sacó para ganar, pero en las dos ocasiones falló. Es la séptima final consecutiva que pierde ‘Ferru’ desde que en febrero ganó el torneo de Buenos Aires.
Djokovic demostró que es el tenista más en forma del final de temporada. La de ayer, su 17ª victoria consecutiva, fue un triunfo de fe. El serbio estuvo abajo en la mayor parte del partido, dominado por un regular Ferrer, pero en cada una de las mangas supo sobreponerse y acabar ganando.
El alicantino controló el primer set y en el quinto juego rompió el saque de su rival. La ventaja le duró hasta el décimo, cuando servía para ganar. Ahí apareció el mejor Djokovic, que enlazó una serie de 14 puntos de 16, quebró el saque de Ferrer en dos ocasiones y se apuntó el primer parcial.
El inicio del segundo también fue propicio para el de Jávea, que quebró el saque de Djokovic. Incluso en el tercer juego tuvo ocasión de doblar la ventaja, pero ‘Nole’ remontó con dos puntos clave en los que la fortuna le acompañó.
Aun así, Ferrer volvió a presentarse en el tramo decisivo de la segunda manga con el mismo panorama que en la primera: 5-4 arriba y servicio. Pero, de nuevo, el miedo a ganar pudo más. Eso, y que Djokovic sacó a relucir su lado más demoledor, tanto a la hora de servir como de abrir ángulos, alguno de ellos rozando lo inverosímil.