Un centenar de vecinos de la calle de Carballo –que confluye con la ronda de Outeiro– y discurre junto al parque de Oza denuncia el mal estado de la vía y critica que el Ayuntamiento esté haciendo oídos sordos a sus protestas. La calle “de un solo carril” se utiliza como si fuese de doble sentido de circulación pero, a este riesgo para los peatones, se suma el hecho de que la infraestructura quedase a medio acondicionar.
“Se iba a hacer una urbanización pero solo se construyó un edificio y el resto quedó sin construir”, destacan los residentes de las calles de Carballo y Montes, que a diario tienen que salvar piedras, barro y malezas para acceder al parque o al instituto.
Por ello, hace seis meses enviaron un escrito apoyado por 100 firmas que no ha obtenido respuesta del gobierno local. “Pedimos que se habilite otro trozo para poder caminar”, solicitan.