El Festival do Norte reinventa en esta edición su formato y se presenta como una convocatoria en familia sostenible con el medio ambiente, para ofrecer "mucho más que música" en el marco incomparable de A Illa de Arousa (Pontevedra), ha explicado a Efe su promotor, Antonio Caneda.
Trece años no son nada en un evento que en su décimo cuarta edición ha dado un salto 'en el trampolín más alto' para huir del concepto tradicional asociado al término festival, "formateando el disco duro" y empezando desde cero con un nuevo plus, un soplo de aire fresco con tintes de ilusión e inspiración.
El director del proyecto, Antonio Caneda, no es supersticioso, pero sí intrépido y osado, y por ello aboga por "la valentía" para formar y realizar un proyecto "difícil" de consolidar y mantener, pero en el que el anhelo, la esperanza y el deseo son los tres vectores imprescindibles de una celebración que "aquí sigue".
Un espectáculo que resiste el devenir del tiempo gracias a la imaginación y a la fantasía que derivan en un diseño variopinto y singular que apuesta por sorprender con este "cambio de chip" alejándose del festival al uso.
"Queríamos escapar del típico festival que empieza a las diez u once de la noche y termina a las cuatro de la mañana. Éste será un evento más para la familia".
Antonio Caneda toma como referencia, como ejemplo, los festivales europeos, que tienen "otro concepto" que Caneda ambiciona para el Festival do Norte: "Vamos a arriesgarnos".
Por ello, realizarán talleres y actividades complementarias que amenicen y distraigan a pequeños y mayores en escenarios distribuidos por todo el paraje, concretamente cuatro ubicaciones que albergarán este evento.
El escenario principal se encontrará en el puerto, otro en la playa, uno en el centro del pueblo y el otro será el auditorio de este municipio pontevedrés, que tiene un aforo limitado solo para 250 personas convertido en un recinto particular donde se celebrarán las actuaciones "más especiales", detalla el director a Efe.
"Será un festival a la carta", incide, en el que todo está planeado al detalle para que nadie pueda perderse ninguno de los acontecimientos".
Comodidad, exclusividad y sostenibilidad son los tres compromisos renovados de este festival, que continúa siendo una "peana" para esos pequeños grupos, aún desconocidos, en el mundo musical.
Hablar de etiquetas, precintos o sellos no es algo que Caneda comparta, él ama la música en toda la amplitud de su abanico, y su propósito, su deseo final, es dar a conocer a bandas que pronto sonarán con eco en el panorama musical estatal y también internacional.
Nombres como la banda británica 'The Horrors', la combinación de una voz excepcional y una habilidad innata para transmitir y emocionar de mano de la artífice de 'Russian Red', la española Lourdes Hernández; el grupo granadino de Lori Meyers que estrena su tercer disco; o el grupo tecno-pop de melodías pegadizas con influencias ochenteras de 'El Último Vecino' sonarán con fuerza durante tres días en un ambiente único.
'Sleeping Cat', 'Quilma', 'Músculo!', 'Oso Leone', 'L.A.', 'Veronica Falls' o 'We have Band' son otros de los signos rubricados en un cartel atractivo y con nombre que no espera sobrepasar la cifra de 6.000 asistentes.
"Es nuestro tope. No queremos más. Esta cifra ya es una barbaridad para A Illa", detalla Caneda.
Quedan poco más de diez días para volver a revivir un festival con historia adaptado a los nuevos tiempos en el que se apuesta por "la buena música".