El bajo nivel de ventas empuja al comercio a intentar atraer clientes con las segundas rebajas

El bajo nivel de ventas empuja al comercio a intentar atraer clientes con las segundas rebajas
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Este año las rebajas se adelantaron más que nunca en A Coruña, pasando del día 1 de julio –que seguían respetando la gran mayoría de los establecimientos gracias a los dos buques insignia de esta etapa de descuentos– a tres días antes para aprovechar el tirón de afluencia que podía tener el fin de semana. Sin embargo, apenas una semana y media después, la mayoría de los establecimientos se han visto empujados a publicitar una segunda tanda de ofertas más elevadas para tratar de sacar de los almacenes un stock que no sale porque el consumo está siendo muy reducido.

Desde grandes almacenes a pequeños comercios de proximidad pasando por locales de cadenas internacionales han cambiando la cartelería de sus escaparates esta semana para añadir un nuevo porcentaje de rebaja a sus productos. Cualquiera podría vincular esta urgencia para empezar el segundo ciclo de ofertas, que normalmente se situaba hacia finales de mes, a que no se está vendiendo como esperaban los empresarios. No obstante, son ellos mismos los que lo confirman. 

“Las cadenas no se dan cuenta de que esto es pan para hoy y hambre para mañana y al adelantar las primeras también tienen que adelantar las segundas y tendrán que recurrir a las terceras, las cuartas...”, afirma la presidenta de la Asociación de Comerciantes de O Castrillón, Eirís y Monelos (Acocem), Mariló Fernández, revelando que esta nueva oleada de promociones no se circunscribe únicamente a la zona centro de la ciudad. 

Desde su punto de vista el problema y el impulso a tomar esta medida es que “no se está vendiendo y el clima de A Coruña no está ayudando porque el textil no sale nada. Hay tiendas que están tirando los precios literalmente y aún así no venden porque el poder adquisitivo es el que es”. 

El peligro de que se pase
Al margen de la competencia que puedan tener por la venta online o porque el dinero no sobre en los hogares, su homólogo en la Asociación de Comerciantes del Agra-Barcelona, José Manuel Castro, indica que el hecho de que el tiempo sea inestable hace que las necesidades de los consumidores se ralenticen. 

Ni se compran prendas estivales ni tampoco salen igual las sandalias porque la previsión cambia incluso a lo largo de una misma jornada. La pega a mayores es que, como dice Castro, “la confección y el calzado es como una lechuga, cuando se pasa no hay a quién verdérsela”. De esta manera alude a la inmediatez con la que la moda cambia y las grandes cadenas hacen el cambio para incorporar la nueva temporada a sus estanterías y percheros. De hecho, las rebajas conviven con muchos objetos a los que no se les reduce el coste porque son novedades.

El bajo nivel de ventas empuja al comercio a intentar atraer clientes con las segundas rebajas

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