El festival de Pulso e Púa celebra su XXV edición con ritmos de todo el mundo y mucho folclore

El festival de Pulso e Púa celebra su XXV edición con ritmos de todo el mundo y mucho folclore
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Un cuatro venezolano, una mandolina, una guitarra de siete cuerdas, o instrumentos de percusión de elaboración propia. Son solo algunos ejemplos de lo que estos días se puede ver en el festival de Pulso e Púa, que esta edición celebra su XXV con músicos de medio mundo. Tras la apertura del martes en Carballo, el conservatorio coruñés acogió ayer un doble concierto, esta vez con música venezolana, israelí y holandesa. Para todos los componentes, una oportunidad única de presentar su música ante el público español.
Henry Linarez se mostraba ayer nervioso, minutos antes de subir al escenario, para ofrecer su actuación ante los alumnos el conservatorio. No en vano, tocaba en la ciudad de sus abuelos. “Por esta razón es muy especial esta visita para mí; además de todo un honor que hayan contado conmigo para el XXV aniversario del festival”, apuntaba el músico venezolano.
Como embajador de la música de su país en A Coruña junto a su grupo, el Ensamble de Acordes de Lara, alaba la calidad de sus sonidos. “Es una música contagiosa, que hace que nos olvidemos de las situaciones difíciles”, subraya. El músico también señala la versatilidad, y recuerda que es “muy original, con ritmos alegres, pero también incorpora otros muy melancólicos”. Si tuviera que elegir uno como el más indicativo de la música venezolana, se queda con el merengue. “Es el más típico, permite bailar, cantar e interactuar con el público”, dice entre risas.

Programación diversa
La representación brasileña en este festival corre a cargo del músico Fabiano Borges. Esta no es su primera visita a España, pero sí como solista. En sus conciertos de estos días prestarán un repertorio de temas latinoamericanos tradicionales, aunque también incorporará piezas clásicas españolas, entre ellas, algunas de Albéniz. Estará junto a todos los músicos en la gala final del domingo en el teatro Rosalía. Antes habrá inundado con el “color de la música”, como dice él, espacios como la iglesia de Santiago o la Fábrica de Perillo.

El festival de Pulso e Púa celebra su XXV edición con ritmos de todo el mundo y mucho folclore

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