El temporal destroza el mirador de la cafetería del Aquarium

La fuerza combinada del temporal “Cristina” y de la pleamar que elevó el nivel del agua a 4,4 metros fue demasiado también para las instalaciones del Aquarium Finisterrae, situadas en la escollera al pie del Paseo Marítimo. Una ola gigantesca superó sin problemas las rocas que rodean el acuario y golpeó con fuerza la cristalera que protegía el Aquarium, inundado las instalaciones e hiriendo, aunque de forma muy leve, a dos personas que se encontraban en su interior.
El suceso tuvo lugar pasadas las cinco de la tarde, cuando todavía no había llegado la pleamar. Como es habitual que el océano golpee con fuerza las rocas al pie del Aquarium Finisterrae, las autoridades habían ordenado el cierre del exterior para evitar accidentes. Sin embargo, todavía había público en el interior de las instalaciones, entre ellas dos personas que contemplaban como el oleaje se estrellaba contra los escollos desde la cristalera de la cafetería.
Fue a estas dos personas a las que alcanzó la ola cuando destrozó el cristal. Ambas cayeron al suelo. Una de ellas se lesionó en el hombro y la otra, pequeños cortes por los cristales que cayeron sobre ellos.  El océano les dejó atrás, totalmente empapados, y entró como una tromba en la cafetería y se extendió rápidamente por las distintas salas de la Casa de los Peces descendiendo por las escaleras hasta los salones inferiores, aunque desde el Ayuntamiento confirmaron que las especies marinas que se encontraban en sus acuarios no resultaron dañadas, porque ninguno de los contenedores de cristal fue derribado.  

baldeo
En cuanto a las dos personas lesionadas, fueron trasladadas por una ambulancia al Hospital Quirón, donde poco después se les dio la baja médica tras tratarles sus heridas. Mucho más tiempo costó baldear los cientos de litros de agua que habían conseguido introducirse en las instalaciones del Acuario.
Al otro lado de la península coruñesa, el mar no había conseguido causar estragos en el interior de los edificios, pero el barrio de Adormideras volvió a sufrir el embate de las olas, que cayeron sobre los vehículos aparcados, moviendo algunos, y desplazando bancos y otros elementos del mobiliario urbano, pero sin que fuera necesario a los servicios de emergencia intervenir. En el lado positivo, la balaustrada del Paseo Marítimo no se vio afectada por “Cristina”, quizá porque en las zonas más expuestas a los elementos, tormentas anteriores ya se habían encargado de derribarlas. n