El empresario Martín Pou presentaba ayer el vino “Incrédulo 2008” en la taberna O Secreto, en un acto en el que participaron sumilleres de toda España. Se trata de un tinto cuya bodega está en el pueblo de Valdefinjas (Toro). El dueño del caldo explicaba que esta ubicación, entre las aguas del Duero y el Guareña, propicia unos características singulares debido a que las cepas y los suelos tienen más de 80 años.
La vendimia se realiza en cajas de veinte kilos y se enfría en cámara a diez grados después de un exhaustivo examen de los racimos con el objetivo de que la calidad sea máxima. Por otro lado, la maceración se hace en frío durante siete días para darle la personalidad que le inyectan los viñedos viejos de esta zona del país.
Los asistentes a la cata pudieron comprobar la textura y el sabor de una nueva variante en el mercado que descansa en barrica de roble francés durante un período entre trece y quince meses. Y es que “Incrédulo” estrena nombre, imagen y botella. Después de un largo proceso de tres años de trabajo. Además, presume de una etiqueta original que sirve de puente entre la gama clásica y los modernos y exclusivos vinos tintos de la Denominación de Origen Toro.
Los propietarios del mismo remarcaban también que su especialidad sale a la venta a un precio razonable. Dispuesto a gustar a todo tipo de paladares cuando cada vez se aprecia más la calidad de los vinos.