El autocuidado o cómo llegar a comprender una enfermedad

Cuando alguien contrae una enfermedad, ya sea leve o grave, las consecuencias no solo afectan al plano físico de la persona, sino que tienen un gran número de consecuencias en la vertiente psicológica, modificando inevitablemente el día a día y la percepción del mundo que le rodea.

Hoy es el Día Internacional del Autocuidado, una parcela de la medicina quizás menos mediática pero de gran importancia para cualquiera que sufra cualquier tipo de dolencia. “Los autocuidados consisten en la enseñanza al paciente por parte de los especialistas de la medicina de cómo tienen que tratarse a ellos mismos”, explica Pilar Pedreiro, especialista del Chuac en autocuidados de oncología. 

Uno de los casos donde toma un papel de relevancia es en los pacientes de cáncer, donde los cambios físicos se muestran de manera más evidente. El autocuidado entraría aquí como guía u hoja de ruta. No descuidarse físicamente, mantener rutinas al exterior (siempre dentro de lo posible), entender qué síntomas se tienen y se tendrán y saber cuándo tienen que ir a urgencias y cuándo no. Pilar Pedreiro resume toda la actuación del autocuidado en una palabra: “normalizar”, o lo que es lo mismo, entender qué te está pasando de la mano de un profesional de la medicina.

Cada persona, un mundo
“Cada persona es un mundo” afirma Pedreiro cuando habla del tratamiento de autocuidado que necesita cada paciente. “Debe ser un trato individualizado, tanto en lo médico como en lo personal”. Además, estos procesos también afectan a personas con enfermedades psicológicas o psiquiátricas. La depresión, la ansiedad o el pánico incapacitan en gran medida a las personas y en algunos casos olvidan sus rutinas de aseo o alimentación. De nuevo, el autocuidado ayudaría a paliar estos problemas.

“La gente está concienciada de lo importante que es, pero es necesario que se vuelva más cotidiano todavía” afirma Pedreiro en relación al 24 de julio como Día Internacional de esta práctica, generalizada en todas las edades. Desde jóvenes a gente mayor, pasando por adultos, todos los pacientes necesitan de una serie de consejos”. Según la especialista del complejo hospitalario coruñés, los jóvenes están mejor informados, ya que cuentan con un alto acceso a información médica mediante las nuevas tecnologías. Sin embargo, las personas adultas y sobre todo las mayores acostumbran a ser más reticentes y suelen acudir a urgencias más veces, como afirma Pedreiro. “Por eso es tan necesaria la concienciación a los familiares en estos casos, para que no solo el enfermo entienda su enfermedad, sino también sus seres cercanos”, concluye. 

El autocuidado, en definitiva, es saber cuándo los síntomas son reales o cuándo son solo una proyección de cómo la mente percibe la enfermedad.