Fueron en total 42 actuaciones donde 900 niños y jóvenes aliñaron con ritmo una ensalada solidaria por las que ya recibieron un premio sin salir a la pista. Y es que sus bailes, sus temas versionados y los directos que prepararon fueron, en realidad, el billete de avión para diez niños de África gracias al proyecto de la ONG Tierra de Hombres “Viaje hacia la vida”, centrado en financiar los costes de traslados de enfermos severos a España con el objetivo de que regresen sanos a sus países de origen.
El Coliseo se convirtió así en el envoltorio de una iniciativa que comenzó hace meses en las aulas. Allí, los pequeños con edades entre los nueve y los 18 años conocieron de primera mano la realidad del otro hemisferio. Después, vinieron los ensayos para poner en bandeja su talento ante familiares y amigos y conseguir darle entre todos a la luz verde para que los beneficiarios de la idea entren en el quirófano del Chuac cuando ya no tenían esperanza de curarse.
De esta forma, el festival Intercentros llenaba el Coliseo y solo en taquilla se recaudaba 13.000 euros, sin contar la venta anticipada. A golpe de hit y ejercicios gimnásticos, los locos bajitos coruñeses pusieron su granito de arena para que el mundo fuera algo más justo con Presto Vivace, Calasanz, Hogar de Santa Margarita, Montegrande, Dominicos y Danzade como primeros en las distintas categorías de directo, canción infantil y juvenil, coreografía infantil y juvenil y danza. Artestudio ganó el premio especial por su lucha por la integración.