San Diego: un parque en el que los coches mandan demasiado y que necesita muchas atenciones y cuidados

San Diego: un parque en el que los coches mandan demasiado y que necesita muchas atenciones y cuidados
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El parque de San Diego, uno de los pulmones de la ciudad, tiene deficiencias muy notables en lo que respecta a la seguridad vial, como la problemática que supone la salida de los coches del aparcamiento del gimnasio anexo. Los escuetos 100 metros que existen desde la zona recreativa, sin que haya ninguna señal, aumenta el peligro de la zona. En esa línea, una vecina cuenta que suele llevar a sus hijos al parque: “El pequeño todavía va en el carrito, pero el otro ya anda y tengo miedo por el peligro que sufren los niños y el estado en que se encuentra el suelo”. 

Al mismo tiempo, el presidente de la asociación de vecinos, Pablo Sexto, menciona la velocidad de los automóviles y coincide en la señalización como temas a mejorar. “Parece que tiene que pasar algo para que tomen medidas”, apostilla. Sin embargo, desde la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Afaco) sostienen que no ven peligrosidad, teniendo en cuenta que su local se encuentra ya en el área de acceso restringido, enfrente de la entrada del gimnasio, pero, argumentan, “nunca está demás señalizar”. En general, comentan desde la asociación, “todos deberíamos ir con un poco más de cuidado”.

También se pronuncian los usuarios de las instalaciones. En este caso, una socia que suele dejar el coche en el aparcamiento. “Se necesita más visibilidad en la salida, al igual que un ceda el paso para la gente que sale del parque”, apunta.

Sin multas ni pinturas
Debajo de los soportales del propio gimnasio aparcan los coches con asiduidad, sin recibir ningún tipo de sanción. “Antes aún pasaba la Policía por los soportales, pero ahora ya hace tiempo que no. Yo tengo el garaje aquí al lado y no es la primera vez que aparcan delante para ir al gimnasio o para ir a buscar a los pequeños a la piscina”, denuncia una vecina, respaldada por otro residente que afirma que los coches “aparcan en los soportales y dificultan la entrada y salida de camiones que van al reparto de mercancías”.

El carril bici que hay a lo largo del parque de San Diego es otro de los temas candentes, ya que está sin definir, por lo que no se sabe cuál es el camino destinado al peatón o a los ciclistas. “Creo que es necesario pintar bien las líneas del suelo, al igual que están pintadas al comienzo del paseo, y mantenerlas adecuadamente”, relata una de las usuarias habituales. Además, prosigue, “reforzaría la señalización pintando más bicicletas a lo largo del recorrido”.

El presidente de la asociación de vecinos tampoco entiende cómo si hace algún tiempo pintaron las vallas, no lo hicieron con las líneas del suelo. “Hay gente, que no es de aquí, que viene a hacer ejercicio físico y no sabe en qué parte situarse del paseo. Si no está señalizado, se pueden provocar accidentes”, añade.

Pajarera medioambiental
Tras desalojar la pajarera en 2016, en 2017 el Ayuntamiento licitó los trabajos de reforma para hacer un huerto educativo, algo que todavía no ha comenzado. Según Sexto, desde la asociación se pretende crear un “aula medioambiental”, un espacio donde “la cultura y sensibilización medioambiental” sean las protagonistas. Sin embargo, se encuentran a la espera de que el Consistorio tome la decisión de involucrarse ya que la asociación no tiene, cuenta, “los suficientes recursos económicos para asumir el proyecto”.

San Diego: un parque en el que los coches mandan demasiado y que necesita muchas atenciones y cuidados

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