La Justicia de Brasil veta la candidatura de Lula da Silva y frustra su deseo de llegar de nuevo a la presidencia

La Justicia de Brasil veta la candidatura de Lula da Silva y frustra su deseo de llegar de nuevo a la presidencia
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva durante un mitin en Sao Paulo en enero | Fernando Bizerra Jr. (efe)

La aspiración de volver al poder desde la cárcel que acariciaba el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue frustrada ayer por la Justicia electoral, que vetó su candidatura por el impedimento que entraña su situación jurídica.
El Tribunal Superior Electoral decidió por una mayoría de seis votos frente a uno que la ley conocida como “Ficha Limpia”, que fue sancionada por el propio Lula en 2010, cuando aún gobernaba, impide que encare la que habría sido su sexta candidatura presidencial, que intentó aun cuando está en prisión desde abril. 
Esa legislación, contra la que ahora se rebeló el Partido de los Trabajadores (PT), establece que toda persona con una condena ratificada en segunda instancia, como es el caso de Lula, aspire a cualquier cargo electivo, aun cuando le resten apelaciones. En los recursos restantes se apoyó la defensa de Lula, que además esgrimió entre sus alegatos una decisión cautelar dictada por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que pedía garantías para su participación en las elecciones.
Sin embargo, el magistrado Luis Roberto Barroso, instructor del caso, rechazó uno a uno los argumentos de los abogados de Lula y abrió el camino para el veto a la candidatura, inscrita por el PT el pasado 15 de agosto a pesar de los claros obstáculos legales. Según Barroso y la mayoría de los jueces, esa cautelar carece de carácter vinculante y, además el comité de la ONU se pronunció “sin haber escuchado antes al Estado brasileño”, y lo hizo a través de “apenas dos de sus 18 miembros”.
El juez citó también que el comité se comprometió a analizar el mérito de la cuestión “el año próximo”, después de las elecciones en Brasil y cuando el nuevo presidente brasileño estaría ya en pleno ejercicio, pues asumirá el 1 de enero de 2019.
De todos modos, Barroso dijo que el tribunal tenía el deber de escuchar el alegato del comité, pero apuntó que estos alertan de un riesgo de que se violen los derechos de Lula, lo cual “no se fundamenta”, pues las restricciones a su candidatura están dictadas por una ley brasileña. “La ley y la Constitución imponen una decisión inequívoca y no hay ninguna duda sobre lo que debe hacerse” a la luz de la “Ficha Limpia”, que fue apoyada por “una gran movilización popular” y tiene “plena legitimidad democrática”, declaró.
La citada ley “fue aprobada en el Parlamento con gran apoyo y promulgada (en 2010) con loas por el presidente de la República”, en esa época el propio Lula, recordó Barroso, quien también citó que la Corte Suprema reconoció la constitucionalidad de esas normas en 2016. “No estamos juzgando al expresidente ni su legado político”, dijo el magistrado, quien subrayó que el tribunal electoral solamente se pronuncia sobre lo relativo a la legalidad de una candidatura.
La decisión del tribunal electoral puede comenzar a despejar el panorama para las elecciones de octubre, hasta ahora contaminado por la indefinición en torno a Lula, quien lidera las encuestas con una intención de voto cercana al 40%. Por esa situación, las empresas demoscópicas ya han simulado una elección sin Lula y, en ese escenario, situaron hasta ahora en primer lugar al ultraderechista Jair Bolsonaro, con casi un 20 por ciento.
Le siguen en el orden de preferencias la ecologista Marina Silva, con el 15 por ciento, el socialdemócrata Geraldo Alkcmin y el laborista Ciro Gomes, ambos con entre un seis y un nueve por ciento de las simpatías. l

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