Los pasos a seguir para sortear con éxito un concurso de acreedores

Los pasos a seguir para sortear con éxito un concurso de acreedores
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El concurso de acreedores es una figura normativa que se activa cuando una empresa o sociedad entra en situación de insolvencia y cumple los requisitos fijados en el artículo 2.1 de la Ley Concursal.

En España, durante los años más duros de la crisis, el concurso de acreedores es lo que ha permitido a otras empresas cobrar las deudas impagadas contraídas por otra empresa, y a esta empresa, continuar con su actividad. No obstante, debe ser la empresa deudora, la que está en situación de insolvencia, la que presente la solicitud de declaración de concurso, ya sea de manera voluntaria o necesaria.

¿Cómo se desarrolla un proceso de acreedores?

Cuando una empresa solicita el concurso de acreedores, el primer paso previo para iniciar esta fase es conocer a fondo cómo actúa esta figura normativa, de ahí que sea aconsejable contar con un director financiero o la figura de un interim manager.

El proceso concursal se diferencia del procedimiento concursal. Esto es algo que tienen que tener claro las empresas. El primero es la constatación, la declaración de la situación concursal, mediante Auto del Juez. Aquí se determina qué camino tomará la empresa, el convenio con los acreedores o bien la liquidación.

En el procedimiento se incluye también la evolución de la solución con los acreedores. Esto es, en el caso de que la empresa consiga que sus acreedores aprueben un convenio, el procedimiento concursal abarca hasta el momento en que se termine de cumplir el convenio. SI la opción escogida es la liquidación, el procedimiento está activo hasta que se terminan de distribuir todos los bienes de la empresa entre los acreedores.

En el procedimiento concursal se diferencian varias fases: fase común, fase de convenio, fase de liquidación, calificación, rendición de cuentas y la conclusión.

En la primera fase es cuando se declara la situación concursal. Resulta clave para la dirección de la empresa, pues desde ahí hay que tomar la decisión sobre qué hacer tras el concurso. En este momento, el administrador concursal establece cuáles son las operaciones que más interesan al concurso, negocia con las entidades bancarias y regula los intereses de la empresa y los acreedores.

Tras esta primera fase llega lo que se conoce como la fase de convenio, que es cuando los concursados alcanzan un acuerdo con los acreedores. Para que este momento sea posible, la empresa, los concursados, debe mostrar signos de viabilidad a medio y largo plazo.

Un paso más allá es el de la liquidación, que es un periodo que se tramita cuando el deudor no alcanza un acuerdo con los acreedores o cuando, una vez aprobada la fase de convenio, es incapaz de cumplir el convenio. En ese momento se ponen en venta todos los activos de la empresa, para distribuirlos entre los acreedores.

La calificación, por su parte, es una operación de carácter eventual que está destinada a sancionar de manera civil a las conductas inapropiadas del concursado o de sus representantes y apoderados. Es un proceso que no afecta al desarrollo del concurso en sí, pero puede plantear dudas sobre el mismo.

Con la rendición de cuentas, el administrador concursal justifica y detalla todas las operaciones que ha ido realizando durante el procedimiento y es imprescindible que elabore una memoria de la actividad desarrollada, para que quede constancia de todos sus actos.

El procedimiento finaliza con la conclusión, que obliga a la empresa en concurso a cumplir íntegramente con el convenio y a realizar la liquidación. El concurso se puede concluir también debido a la inexistencia o insuficiencia de bienes.

Un pequeño resumen del concurso de acreedores

Cuando una sociedad, o bien su órgano de administración o dirección, detecten que la empresa se encuentra en situación de insolvencia, actual  inminente, es obligatorio solicitar la declaración del concurso de acreedores en dos meses, de modo que es en ese periodo cuando es necesario contar con la asesoría de un director financiero o profesionales adecuados especializados en estos procesos para facilitar ese proceso.

Una vez iniciado el concurso, la empresa puede continuar con su actividad, aunque será bajo la supervisión del administrador concursal nombrado por el juez. El procedimiento continúa de manera independiente para cada empresa, atendiendo a las peculiaridades propias de cada organización.

Los pasos a seguir para sortear con éxito un concurso de acreedores

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