La delimitación de terrazas de la Marea provocará grandes gastos en mobiliario

La delimitación de terrazas de la Marea provocará grandes gastos en mobiliario
Las chinchetas ya colocadas –como la marcada en la imagen– permiten observar que hay muebles de las terrazas que son demasiado grandes | patricia g. fraga

El Gobierno local de la Marea continúa su proyecto de delimitación de las terrazas de hostelería al margen del disgusto de los empresarios y del gran gasto global que supondrá para todo el sector en el centro. Si los empresarios de Troncoso ya aseguraban la semana pasada que tendrán que acometer una inversión importante para adaptarse a los nuevos espacios para permitir el paso de los vehículos de emergencia, la instalación de las famosas chinchetas en calles más estrechas como Los Olmos y La Galera deja entrever los problemas que tendrán los bares y mesones para rentabilizar el espacio disponible fuera.


En Troncoso, a pesar de ser una calle amplia, el Ayuntamiento impuso un paso intermedio más amplio del pactado que ha despertado la oposición tanto de los hosteleros a nivel particular como de la Asociación de Hostelería de A Coruña. A expensas de poder negociar un cambio con la Marea, lo cierto es que ya hace unos días en los negocios estimaban en unas cifras elevadas los cambios de mobiliario para adaptarse a la normativa perdiendo el menor número de mesas y sillas para poder seguir facturando algo similar. Si en esa zona ya se calcula una afección muy grande, un paseo por las calles de la zona centro hace creer que peor se presenta el futuro para los establecimientos allí radicados.


Pese a que, a priori, ahí el Consistorio sí se ha atenido a los 2,5 metros hablados con la agrupación y los servicios de emergencia, el daño a nivel de facturación por contar con menos espacio para los clientes se presume alto. Pero otro de los golpes a la economía de los empresarios será aquel que implica el cambio de la mayoría de los elementos de las terrazas. Cierto es que los últimos locales en abrir han apostado por elementos totalmente móviles para evitar problemas, pero un buen número de establecimientos de Los Olmos y La Galera tienen anclajes para toldos y paravientos que deberán ser retirados.

Recortar los separadores
La colocación de las chinchetas por parte de una cuadrilla de operarios enviados por el Ejecutivo municipal no solo limita las ataduras de este tipo de mobiliario al suelo, sino las distancias que se expanden desde las fachadas hacia el centro de cada una de las calles. En muchos casos se pasan de largo y, tengan ruedas o no, habrá que recortarlos o comprar otros –con la consiguiente inversión– para evitar que lleguen sanciones desde María Pita.


Los cambios de mesas y sillas a otras de tamaño reducido parecen una de las probables estrategias del sector si quiere poder seguir aprovechando el dominio público cuando está a punto de comenzar la temporada alta del año en cuanto a afluencia de turistas. Las chinchetas colocadas en esas vías, y en las que las conectan con la calle Real, mostraban ayer que algunos restaurantes o cafeterías tendrán dificultades hasta para colocar una fila de mesas junto a la fachada.


De hecho, en varios casos la segunda silla se salía más allá de la línea imaginaria marcada por los tornillos clavados en la calle. En otros casos es cuando se junte una pandilla cuando surgirá el problema sin que los hosteleros tengan margen de acción.


La opción que se ha dejado ante estas circunstancias es ubicar mesas al otro lado de la calle si la tienda o si la comunidad de cada edificio permite tal medida. En todo caso las dos zonas reservadas son tan estrechas que habrá que comprar unos muebles nuevos más pequeños si se quiere seguir manteniendo la terraza.

Nuevas normas de estilo
Según criticaban algunos afectados de Troncoso la semana pasada, a la Marea Atlántica tampoco le servirán los elementos facilitados por las distribuidoras de bebidas tal cual, así que la mayoría tendrán que ser encargados a medida o habrá que destinar una partida a mayores para pintarlos y adaptarlos a la norma de estilo.


Lo mismo sucederá en La Estrella una vez que se coloquen las chinchetas, pues ayer una de las calles realmente más complejas para el paso de los servicios de emergencia mostraba tan poco espacio como siempre. Al final, el gasto global del sector deberá ser masivo pese a unos balances económicos inestables y a que el Ayuntamiento tiene casi paralizada la tramitación de las licencias desde octubre de 2015.

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