Más de 20 familias subsisten todavía en el poblado chabolista de A Pasaxe

Más de 20 familias subsisten todavía en el poblado chabolista de A Pasaxe
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A punto de terminar el año, el poblado de A Pasaxe se yergue aún al margen de la ría de O Burgo. A simple vista, nada ha cambiado desde que Inés Rey asumió el Gobierno local, pero en estos meses, tres familias de origen portugués han abandonado el núcleo chabolista. De todos modos, el problema persiste, porque todavía subsisten dos clanes, los Barrull y los Romero, que siguen instalados en A Pasaxe y se niegan a marcharse. El motivo es que el gran espacio despejado por las campañas de recogida de basura de la administración anterior les permite almacenar la chatarra gratuitamente. A estos hay que añadir otras familias de origen portugués. En total, más de veinte.

Durante el Gobierno de Xulio Ferreiro, el Ayuntamiento había conseguido reubicar a doce familias. Pero este lento proceso sufrió un parón a finales del año pasado, en gran parte por la resistencia de los propios chabolistas, a los que no les gustaban las condiciones del realojo: el acuerdo era el pago subvencionado del alquiler de un piso por un plazo de cinco años. Como la mayor parte de los chabolistas solo cuenta con ingresos precarios, cuando la ayuda se acaba no pueden hacer frente al alquiler y se acumula la deuda.

Discreción

Desde que asumió la dirección de la Concejalía de Bienestar Social, la socialista Yoya Neira ha hecho gala de una gran discreción sobre este particular. No en vano, ella formó parte del Gobierno bipartito de Javier Losada, que tuvo que encarar las polémicas reubicaciones del poblado de Penamoa, forzadas por la construcción de la Tercera Ronda.

Pero se puede decir que, en líneas generales, Neira ha seguido los pasos de la Marea Atlántica. Para empezar, en septiembre el Ayuntamiento prorrogó el contrato del Grupo Hábitat Digno, el equipo de trabajadores sociales que se formó para atacar el problema del chabolismo durante la administración de Ferreiro. Eso sí, Hábitat Digno pasó a depender de Servicios Sociales. Es decir, de Neira, aunque colabore con concejalías como Urbanismo porque la vivienda es una prioridad importante, o con Empleo.

Con el equipo se mantuvo también el modus operandi, el de ofrecer ayudas para alquiler de pisos por un período de cinco años. Aunque a muchos siguen sin convencerle, otros decidieron aceptarlo, pero el problema continúa sin resolverse.

De hecho, a finales de 2018, el entonces concejal de Urbanismo, Xiao Varela, tuvo que enfrentarse con un problema después de visitar el poblado hace casi un año (el 13 de diciembre de 2018) el jefe de Demarcación de Costas, Rafael Eimil, para informarles de que sentencia del Tribunal Supremo había dictaminado que el terreno sobre el que se asientan sus galpones es de dominio marítimo terrestre y que debe destinarse a uso público. Eso significaba que iban a comenzar el procedimiento para recuperarlo y que los chabolistas debían marcharse.

Un problema de carácter ecológico  además de social 
Por un lado, el representante legal de algunas de estas familias recuerda que el suelo sobre el que se asienta el poblado es de carácter industrial, que se aseguran de que nada caiga a la ría, y que cuentan con las licencias de autónomos adecuadas para manipular este material. Por otro lado, la ría a la altura del poblado está llena de desperdicios y siempre está el problema de los lixiviados (los residuos que arrastra el agua de lluvia). La portavoz de Ciudadanos, Mónica Martínez, denunció en noviembre que persiste el foco de contaminación medioambiental existente en el asentamiento y solicitó medidas. 

Sin entrevista

Los afectados reaccionaron buscándose un abogado y pidiendo una reunión con Varela para buscar nuevas salidas. Pero este nunca les recibió y llegaron las elecciones. El asesor legal de los afectados asegura que también en eso Neira sigue la estela de la Marea Atlántica, porque a pesar de que la concejala socialista había asegurado: “No es que esté dispuesta recibirles, es que mi obligación es recibir a cualquier ciudadano que tenga un problema con la Administración”.

Sin embargo, a pesar de cursarse dos solicitudes de entrevista, esta no ha llegado a concretarse y   la incertidumbre, como el propio poblado chabolista, todavía persiste un año después.

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