Las vacas ya pueden zafarse de las olas de calor gracias a un collar inteligente

Las vacas ya pueden zafarse de las olas de calor gracias a un collar inteligente
Vacas | aec

El ganado vacuno no escapa a los rigores del verano por lo que las granjas tienen ventiladores e incluso duchas que ayuden a mitigar las altas temperaturas pero con lo que no contaban, hasta hace poco, es con un collar inteligente que testa, vaca a vaca, su nivel térmico para prevenir un golpe de calor.

 

Se trata de la innovación tecnológica SenseHub, ofrecida comercialmente por MSD Animal Health, y es el primer collar capaz de ofrecer ese servicio al ganadero para evitar que sus vacas sufran estrés térmico, según ha indicado a EFEAGRO la directora del equipo técnico de Rumiantes de dicha compañía, Laura Elvira.

 

El avance no es menor porque el estrés térmico hace que la vaca coma menos, lo que le afecta a la reproducción (incluso al futuro ternero), debilita el sistema inmune y, en el caso de las lecheras, hace que produzcan menos leche.

 

La tecnología permite también reducir gastos porque se utilizan los recursos justos en el momento preciso.

 

En ese sentido, detalla que el año pasado descubrieron que las duchas que se aplicaban a las vacas en las noches de verano eran innecesarias, justo lo contrario de lo que creían, por lo que el ganadero se ahorra ese consumo hídrico.

 

También se hace un uso más eficiente de los ventiladores y eso redunda en una optimización del gasto energético.

 

Tecnología precisa

El collar, o el crotal, se puede colocar a la vaca que se desee monitorizar para tener una información "con mucho detalle" de su estrés térmico.

 

El dispositivo es capaz de detectar el jadeo por calor de un animal para avisar inmediatamente al ganadero a través de una "app" y que pueda así proporcionarle los cuidados necesarios.

 

Es un dispositivo que "hila mucho más fino" que la tecnología disponible hasta ahora, consistente en colocar una especie de estación meteorológica en la granja que informaba de las condiciones generales de temperatura y humedad pero por "grupos pequeños y no vaca a vaca".

 

En ese sentido, "los collares te ayudan a afinar mucho más el diagnóstico", ha reiterado Elvira.

 

Por el momento, en el sector que "más impacto" está teniendo es en el vacuno lechero porque los resultados son más evidentes ya que se percibe en la producción diaria.

 

No obstante, también se implementa en cebaderos y no se descarta su utilidad en el ganado extensivo para determinar si son necesarias más o menos zonas de sombra donde los animales puedan resguardarse del calor.

 

Más usos

El collar envía información en tiempo real a una antena instalada en la granja y desde ahí al dispositivo móvil del ganadero.

 

Más allá de detallar el estrés térmico de cada res, es capaz de recopilar una gran cantidad de información sobre el comportamiento de la vaca.

 

En reproducción, por ejemplo, mejora la precisión en la detección del celo; mientras que en el ámbito de la salud monitoriza las respuestas a tratamientos en tiempo real, proporcionando informes y alertas que permiten actuar de forma precoz.

 

En el campo de la nutrición, mejora la estrategia comprendiendo cómo reaccionan las vacas a los cambios en la cantidad de alimento suministrado, incluso con ajustes sutiles.

 

Con todo ello y, según la compañía, el ganadero se ahorra el tiempo de la observación visual; se consigue una mayor longevidad de los animales; facilita la detección de patologías futuras; y ayuda a tomar decisiones rápidas sobre tratamientos e intervenciones, permitiendo acciones preventivas.

Las vacas ya pueden zafarse de las olas de calor gracias a un collar inteligente

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