Una orden de busca y captura pesa sobre el cabecilla de la red

  Esta red de tráfico de mujeres estaba dirigida por Iancu T., quien tenía en vigor una orden de busca y captura emitida por Rumanía por delitos de esta misma naturaleza. Este hombre contaba con la colaboración de otros hombres y algunas mujeres de confianza que, además de ejercer la prostitución, controlaban al resto. Algunos miembros de la red se dedicaban a otras actividades delictivas como el tráfico de sustancias estupefacientes, hurtos al descuido a los viandantes o a clientes, robos con fuerza o receptación. Ocho personas fueron detenidas en el momento de la liberación y, tras realizar registros en otros cuatro domicilios de los dos clanes en Madrid capital y en Getafe, se arrestaron a otras catorce personas.

Una orden de busca y captura pesa sobre el cabecilla de la red

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