Las articulaciones son una parte clave del sistema locomotor, y con el paso de los años se vuelven más propensas a sobrecargas y daños. Las personas mayores suelen experimentar molestias relacionadas con su funcionamiento, como dolor, rigidez o limitación del rango de movimiento. Para disfrutar de una buena movilidad y calidad de vida en la vejez, es importante adoptar hábitos adecuados que favorezcan la salud articular.
Uno de los factores más importantes para la salud de las articulaciones es el movimiento regular. Ejercicios de intensidad moderada, como caminatas, marcha nórdica, natación o yoga, ayudan a mantener la elasticidad y fuerza de las articulaciones. La actividad física también mejora la circulación sanguínea de los tejidos, favoreciendo su regeneración. No obstante, es fundamental elegir formas de ejercicio adaptadas a las capacidades individuales, evitando cargas excesivas que podrían provocar lesiones.
La dieta de las personas mayores debe ser rica en nutrientes que favorezcan la salud articular. Entre los más importantes destacan:
Evitar alimentos ultraprocesados y el exceso de azúcar es igualmente importante, ya que el sobrepeso y la obesidad aumentan la carga sobre las articulaciones y aceleran su deterioro.
El colágeno es una proteína esencial para la estructura del cartílago articular.Lamentablemente, su producción natural disminuye con la edad, lo que puede debilitar las articulaciones y aumentar el riesgo de lesiones.
La suplementación regular con colágeno bebible puede apoyar la regeneración del cartílago, reducir el dolor y mejorar la flexibilidad articular. Se recomienda especialmente e lcolágeno tipo II, presente de forma natural en el cartílago articular. Los suplementos se ofrecen en diferentes formatos: polvo, cápsulas o bebidas. Para aumentar su eficacia, se aconseja combinarlo con vitamina C, que estimula su síntesis en el organismo.
Estudios señalan que la ingesta regular de colágeno puede tener efectos notables, como la reducción del dolor articular y una mejor función motora. Esto resulta especialmente relevante en personas mayores que padecen enfermedades degenerativas como la artrosis.
Para proteger las articulaciones, los mayores deben evitar esfuerzos excesivos y movimientos bruscos. Es fundamental cuidar la ergonomía en las actividades diarias: usar calzado adecuado, evitar levantar peso y emplear ayudas ortopédicas como plantillas o estabilizadores articulares.
Las consultas periódicas con un ortopedista o reumatólogo son fundamentales. Los especialistas pueden detectar problemas articulares en fases tempranas, lo que permite iniciar el tratamiento con mayor eficacia. La fisioterapia también desempeña un papel esencial: los ejercicios personalizados fortalecen los músculos que sostienen las articulaciones y mejoran su movilidad.
Cuidar la salud articular en la vejez requiere un enfoque integral que combine una alimentación equilibrada, actividad física regular, suplementación con colágeno y prevención de lesiones. La atención constante a las articulaciones permite a los mayores disfrutar plenamente de la vida y evitar muchas dolencias relacionadas con el aparato locomotor. Adoptar estos sencillos, pero eficaces hábitos, es clave para mantener articulaciones sanas durante muchos años.