Por un trabajo decente

La siniestralidad laboral sigue siendo una gran lacra en el mundo del trabajo. Un importante colectivo de entidades que desarrollan su labor en el campo de lo social y de ayuda a los más desfavorecidos, han vuelto a denunciar con insistencia el tema y ponen en marcha, por noveno año consecutivo, la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. En relación con esta denuncia nos hacemos eco de la carta pastoral del arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto Fernández cuando nos recuerda que “el trabajo es un deber y un derecho y también un don de Dios que precisa ser cuidado de modo integral para que sea libre, creativo, participativo y solidario”.


Constata que cuando se habla de trabajo “estamos ante una realidad más de las muchas que afectan a la persona, sino que, como dice el papa Francisco: “No sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo”.


La salud laboral es un problema social que requiere de soluciones colectivas y a muchos niveles .En tal sentido no podemos olvidar que el trabajo es siempre un medio imprescindible para el reconocimiento de la sagrada dignidad de las personas.
Para reflejar la importancia de lo que estamos relatando nos hacemos eco de los datos de siniestralidad hechos públicos por el Ministerio de Trabajo y Economía Social que señala que 826 personas trabajadoras han muerto en el trabajo el año pasado. Que entre enero y julio del año actual 399 personas han fallecido en su puesto de trabajo, y que 2.693 han sufrido un siniestro laboral de carácter grave. 


Un Trabajo Decente es aquel por el que un trabajador no sufra por su salud y en el que se respeten los medios de prevención de riesgos laborales que defiendan la vida de los trabajadores. Es fundamental generar entornos laborales seguros y saludables para todos los trabajadores. No podemos olvidar que el mundo del trabajo es una prioridad humana. 


La promoción del Trabajo Decente debe evitar la exclusión y la precariedad Por lo que desde esta pequeña parcela de opinión semanal nos unimos al eslogan general: “Trabajo decente, trabajo saludable”.

Por un trabajo decente

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