Raúl Álvarez, en el Palacio Municipal

el Palacio Municipal ofrece la muestra “ PINTA ! “ de Raúl Álvarez (Madrid, 1982), artista afincado en A Coruña, donde ha realizado una exitosa carrera; tiene en su haber  más de 30 premios y figura en importantes colecciones. La obra que expone es un recorrido desde 2015 a la actualidad, por series que van desde el casi informalismo de “Brochazos” a una figuración llena de simbolismo. Dotado de un gran dominio del oficio, en su quehacer se conjuga la bien atemperada paleta que trabaja sin estridencias y el manejo polimorfo del trazo que adecua perfectamente al tema; consigue, así, una poética de sugerencias que, a veces, abre espacios a lo inconmensurable, como en los mares de “A la deriva” o “En las entrañas de Poseidón” y, otras veces, nos deja absortos ante la tremenda incógnita de la condición humana; también está presente la idea de vasos comunicantes que existen entre el ser humano y la naturaleza y muy especialmente con el mar, en el cual está el origen de toda vida. Es en su serie de retratos, como  “Mare Lara” ,”Mare Pablo” o en “Acuatic Minds” ( Mentes acuáticas), en el que el retratado aparece rodeado de pulpos o de morenas, donde refleja esta ancestral relación; pero es “In utero maris”, en el que pinta desnuda a la joven Fátima embarazada, con la mano que apoya sobre su pecho y  el vientre teñido de trazos azules, donde la metáfora generatriz queda más patente. La fascinación del origen o de ese ignoto y misterioso más allá aparece en el cuadro que titula “Engullido por Poseidón”, en el que se representa a si mismo a la orilla del mar, sentado de espaldas sobre un banco de piedra color naranja que está posado sobre grandes guijarros del mismo color, mientras una inmensa ola de azul ultramar avanza hacia él; su quieta expectativa y su frágil figura contrastan con el poderío de la gigantesca ola. Este juego de las antítesis del que hace uso a menudo es visible sobre todo en la serie Burning Ice ( Hielo ardiendo)  donde ofrece el tremendo contraste del enorme iceberg azul con las poderosas  e insólitas llamas anaranjadas que lo coronan; de tal situación casi imposible se sigue una doble  lectura metafórica: la del cambio climático, pero también la del fuego helado que, a menudo, se instaura en el corazón humano. Una de las series más singulares y que es la que da título a la muestra  es Artifex caput, en la que, bajo el símbolo de la calavera, que representaría el lugar donde nacen las ideas y se genera toda creación, compone toda una oda al oficio en hermosos cuadros, como “Sicut ars tunica” ( Arte como abrigo), “Sicut ars cibum” ( Arte como alimento), “Sicut ars artis”...; en ellos, especialmente en” Caput pictorum” en el que la calavera va llena de pinceles, asocia los objetos del oficio: tubos de pintura, bata, paleta, etc  con la idea del triunfo sobre la muerte que sólo puede darse a través del arte. De este modo, el tema barroco de la Vanitas se transforma en cántico y  acción de gracias, como en “Ofrecimiento a Poseidón” donde su mano tiende su bata de pintar al mar del Orzán.

Raúl Álvarez, en el Palacio Municipal

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