Carlos Álvarez de las Heras, en La Marina

La galería La MarinaJosé Lorenzo  ofrece la muestra “Old Fashioned” (Pasado de moda) de Carlos Álvarez de las Heras ( León, 1982), un economista que abandonó sin ambages su formación para, desde el año 2000, dedicarse exclusivamente a la pintura, lo que le ha valido distinciones, como la Medalla al mérito artístico del Colegio de España en Paris y encargos de envergadura, como los murales para la estación de autobuses de su ciudad natal o para la terminal 2 del aeropuerto de Barajas. Esta es su segunda muestra en La Marina, que continúa, de algún modo, su particular línea figurativa en el que se acerca a la humanidad del común y a sus ceremonias donde la pretensión de la elegancia suele caer en lo kitsch.. Con un lenguaje plástico lleno de ironía que tiene ciertas concomitancias con el pop, cuya característica es elevar los  triviales objetos de consumo de la vida moderna a obra de arte, se retrotrae a las modas que nacieron con la llamada sociedad de consumo hacia la mitad del siglo XX. Nos ofrece así, por medio de un colorismo vibrante y de distorsiones del dibujo que podrían emparentarse con las licencias de la caricatura, una visión desmitificadora de una sociedad que basa en el disfrute sus principales valores. Jóvenes empaquetados en sus trajes de diseño que se apiñan en cócteles, fiestas, comilonas, discotecas, encuentros eróticos, billares.... discurren por estos cuadros con todo el chic y el empaque  de su supuesta distinción, mientras sus rostros anónimos, que parecen reducidos a clichés, y sus gestos parecen denotar el vacío y la soledad interior. ¿Se comunican, realmente, participan de verdad de proyectos comunes y nobles?  La respuesta parece ser que no, pues  la mayoría de las veces están de espalda, no se miran y sus ojos casi siempre cerrados hablan de ensimismamiento; incluso hacen pensar si realmente disfrutan . Así, la joven pareja de “ Pollo flambeado” parece más pendiente del apetito que este les provoca que del gozo de estar juntos; “Brindis” es todavía más patético,, pues los vasos se chocan mientras los jóvenes miran al infinito. El hermoso cuadro “Books”, que puede parecer una escena idílica de un interior apacible, en realidad resalta la incomunicación de  la pareja, pues aparecen tumbados de espalda y abstraídos cada uno en su lectura,  bajo la desolada luz de una  solitaria bombilla  y un gato que está ojo avizor. Aunque su visión de los personajes está teñida de un humor irónico que se manifiesta en la distorsión a somete sus miembros: alargamiento de los brazos, tensión de las manos, y un cierto hieratismo que  los hace aparecer como amuñecados, su visión es más bien amable y comprensiva; hay incluso, una cierta empatía y, en algunas obras, como “La Anunciación” ,”Náyades”  “ Blue sunday” o “Amanece”, que protagonizan muchachas, un  lirismo no exento de ternura y de belleza, que simbolizan un pájaro, unas flores, el agua azul de un lago o los rayos del sol. Muestra así su amable y divertida comprensión de la condición humana

Carlos Álvarez de las Heras, en La Marina

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