Tras meses de demandas del Ayuntamiento de Oleiros y tras un ultimátum de 48 horas dado la semana pasada, el Arzobispado ha iniciado este jueves la demolición del "muro perigoso" que amenazaba con derrumbarse sobre una acera de la calle de Dolores Ibárruri, en Santa Cruz. Así lo ha anunciado el Gobierno local dirigido por Ángel García Seoane, que recuerda que la Iglesia tendrá que asumir también los gastos derivados del vallado de la zona, que el Concello llevó "a cabo por precaución". 

La semana pasa el Ayuntamiento dio dos días, 48 horas, a la Iglesia para tirar el muro. De no actuar, y "ante a gravidade da situación acreditada polos informes técnicos" sería el municipio el que procediese a hacerlo y a pasarle los gastos a la Iglesias, señalaban fuentes municipales.

Desde el Gobierno local que dirige Ángel García Seoane explicaorn que en la misma propiedad eclesiástica, en este caso en el tramo existente en la rúa do Mar de Santa Cruz, hay también un muro en una situación similar. Del mismo modo se le otorgaba un plazo de 48 horas al Arzobispado para que proceda a la demolición "unha vez exista o pertinente permiso de Patrimonio. De non facelo, tamén se acometerá a execución subsidiaria por parte do Concello".

El Ayuntamiento oleirense explicaba que está situación, además de suponer un peligro para los vecinos, impedía "o tránsito de peóns e invalidando numerosas prazas de aparcamento".