Las autoridades italianas empezaron hoy a derribar el búnker en el que se escondió hasta su arresto en 2011 uno de los más influyentes jefes de la mafia napolitana Camorra, Michele Zagaria, hasta entonces capo del temido clan de los "Casaleses".
La destrucción de este lugar, desde el que el criminal controló sus negocios durante seis años en la clandestinidad, representa un "símbolo" de la lucha del Estado contra el crimen organizado.
La primera ministra, Giorgia Meloni, reivindicó hoy la "máxima atención de las instituciones" ante este fenómeno y consideró el derribo "extremadamente importante y simbólico" porque literalmente borra el bastión desde donde los "Casaleses" dominaban esta zona.
"Es un día hermoso para el Estado y para los amantes de la defensa de la legalidad. La lucha al crimen organizado es una de las prioridades del Gobierno y seguiremos trabajando las veinticuatro horas del día en esta dirección", aseguró la líder ultraderechista.
El derribo se produce justo un mes después de la histórica detención del capo de la Cosa Nostra siciliana, Matteo Messina Denaro, que había permanecido escondido de la justicia durante treinta años, desde 1993.
Las operaciones para destruir el búnker de Zagaria comenzaron esta mañana ante la presencia del ministro del Interior, Matteo Piantedosi, y durarán previsiblemente dos semanas para después sustituirlo por un parque público.
El jefe camorrista fue capturado el 7 de diciembre de 2011 en este escondite de la localidad de Casapesenna, provincia de Caserta, a poco más de un kilómetro de su pueblo natal, San Cipriano d'Aversa, ambos en la periferia norte de Nápoles.
Por aquel entonces, Zagaria y Messina Denaro eran los criminales más buscados del país (el jefe de Cosa Nostra también se escondió muy cerca de su pueblo de origen gracias a una red de colaboradores de confianza que lo encubrieron durante años).
Michele Zagaria, de 54 años, cumple cadena perpetua por sus crímenes y homicidios en la penitenciaría de Cagliari, en la isla de Cerdeña (este).
Hasta su arresto estaba considerado el último jefe del clan de los "Casaleses" tras la detención en noviembre de 2010 de Antonio Iovine y de los anteriores capos Nicola Schiavone, arrestado en junio de 2010, y el padre de este último, Francesco Schiavone, apodado "Sandokán", en la cárcel desde 1998.
Además se le conocía como el "Rey del cemento", pues estaba especializado en conseguir ilegalmente contratas en el sector de la construcción no solo en la región de Campania sino en todo el país por las ramificaciones de su organización.