Bomba de humo de Çolak

Bomba de humo de Çolak
El centrocampista del Deportivo pudo haber disputado sus últimos minutos con la camiseta blanquiazul ante el Extremadura el pasado domingo | javier alborés

Acostumbrado a hacer artificios en el césped, Çolak protagonizó ayer una ‘bomba de humo’. Desapareció tras el partido ante el Extremadura, cuando se fue de Riazor prácticamente sin haber tenido tiempo para ducharse (y eso que fue suplente y estuvo en el césped hasta el minuto final) y ayer no se presentó en la Ciudad Deportiva de Abegondo, donde estaba citado junto al resto de la plantilla.
El centrocampista turco, como adelantó el diario As, no acudió a su centro de trabajo ni se puso a las órdenes de Fernando Vázquez. Se borró de la misma manera que desaparecieron de sus redes sociales, concretamente de su perfil en Instagram, todo cuanto había de su etapa en el Deportivo de La Coruña. Fuentes del club coruñés indicaron que esperarán a mañana, tras el día de descanso de la plantilla, para pedirle explicaciones por su acto de indisciplina, pero dentro del propio equipo herculino algunos creen que tampoco va a aparecer por Abegondo.

El turco, uno de esos jugadores pasionales, ya llevaba tiempo advirtiendo en las redes sociales desde el confinamiento por el coronavirus que sus días en A Coruña estaban contados. “Te voy a echar de menos”, escribió un par de veces con fotos de las vistas al mar desde las dos residencias que ha tenido en esta corta estancia en el Deportivo, un piso en el Paseo Marítimo y un chalet.Lo que nadie esperaba  es que su despedida se precipitara del modo que, probablemente, lo haya hecho si es que se confirma que no vuelve a ponerse a las órdenes de Fernando Vázquez. Çolak ha tenido un protagonismo secundario con la camiseta blanquiazul, a pesar de haber sido recibido como ídolo y de empezar esta etapa con el gol que dio el triunfo ante el Racing de Santander y aquella celebración con la grada que le costó la tarjeta roja.

También marcó ante la Ponferradina otro gol de otro remontada (ante el Racing también había empezado perdiendo) y de tres puntos. Esta vez celebrarlo en una grada vacía no le costó amonestación. Fue goleador y también aficionado. Aplaudió su propio tanto.

Él, que acababa contrato el 30 de junio, había sido el primero de esos jugadores que, en su situación o parecida, se comprometieron a quedarse hasta que finalizara el campeonato, aunque ahora ese compromiso pueda haberse roto. Y aunque vuelva, ya nada volverá a ser lo mismo.

Su comportamiento, con muchos matices que aclarar, le ha valido muchísimas críticas de los aficionados del Deportivo dolidos por el desplante que ha hecho en un momento muy delicado para el equipo, que se encuentra cerca de las posiciones de descenso a Segunda División B.

Bomba de humo de Çolak

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