El exconselleiro Víctor Manuel Vázquez Portomeñe estrena su faceta literaria con su primera novela, “Brianda de Moás”, ambientada en una Galicia medieval con elementos de realidad, mezclados con ficción.
¿Cómo nació el libro?
Nació durante el confinamiento. Tuve mucho tiempo libre para pensar y quise homenajear a mi tierra. Me acordé de mi tierra y me acordé de aquel proverbio chino que. ”no hay tierra en el mundo más hermosa para el hombre, que aquella que lo vio nacer”. Por lo que quise homenajear a mi parroquia natal, en Taboada (Lugo).
En ella mezcla ficción y realidad.
Sí, no sólo las ubicaciones, sino muchos de los personajes son históricos. Los reyes de Asturias son los primeros, a los que los historiadores árabes llamaban “reyes de Gallaecia”. También histórico es el monte Faro o muchos de los personajes que ahí laten. Pero también los hay de ficción, como la propia protagonista, Brianda de Moás. Creo que la ficción, y las leyendas amparadas en tradiciones, se acercan a la verdad.
¿Le ha guardado un espacio al Apóstol y al Camino de Santiago en la novela?
Naturalmente que sí. Tiene un capítulo importante y otros que relatan peregrinaciones, cuando Santiago de Compostela empezaba a existir, cuando era una villa. Claro que tiene un capítulo, y un capítulo solemne, el de la inventio, porque incluso hace declaraciones altisonantes sobre su origen.
Usted fue uno de sus grandes impulsores, ¿cómo ve la situación de cara al Año Santo?
Siempre pensé que el 2021 sería el año de la mayor eclosión del Camino, porque realmente se preparó a conciencia. Todos los años aumentó el número de peregrinos cara esta tierra. Por eso pensaba que el 2021 sería el de la gran explosión, que se llegaría al cenit. El coronavirus ha trastocado las expectativas, aunque yo creo que no del todo, o no definitivamente. El Camino sigue trayendo gente, yo tengo una cierta fe en que llegue a tiempo la vacuna.
Pero, ¿vería factible posponerlo al año 2022?
Sería una opción a explorar, porque en el 2022 seguro que existe la vacuna, por lo que la gente tendría menos temor a echarse al Camino y recorrerlo, como camino de fe, y como camino que es ahora de cultura. Es cierto que es una posibilidad que habría que explorar y creo que ya lo está haciendo la Xunta y que lo está haciendo en concordato con la iglesia y me parece que sería una posibilidad importante para Galicia.
Cuando empezó a trabajar en su impulso en los 90, ¿esperaba que tuviera la repercusión actual?
Realmente no había la seguridad de que ocurriera así, porque en este mundo no hay profetas, pero trabajaba con la firme convicción de que podía acaecer, de que el Camino tenía una historia gloriosa. Esa historia podía resurgir y se logró a partir de 1993 y eso Galicia no lo puede perder.