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domingo | 5 mayo | 2024
José Antonio Pazos Louzán, de 45 años de edad y natural de Muxía, fue hallado muerto ayer en un camino cercano a la Urbanización Breogán, a cincuenta metros de su domicilio.
El cadáver presentaba una herida de bala en el pecho con orificios de entrada y salida, y junto al cuerpo fue descubierta una pistola, que con toda probabilidad es el arma que le causó la muerte.
Aunque la investigación, en manos de la Policía Judicial, está bajo secreto de sumario, se ha podido saber que en una primera inspección no se observaban signos de disputa ni indicios de que en el lugar de los hechos hubiesen intervenido personas ajenas al propio fallecido.
La Policía no descarta ninguna hipótesis, pero la que cobra más fuerza es que se trate de un suicidio.
El suceso causó gran conmoción entre los vecinos de la urbanización. Fue uno de ellos, alertado por el ruido del disparo, quien descubrió el cuerpo. Al lugar del hallazgo acudió una ambulancia del 061, cuyo personal certificó la muerte de Pazos.
El juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver unas dos horas después de su hallazgo, alrededor de las 20.00 horas.
A pesar del despliegue policial, el suceso pasó casi inadvertido ya que la urbanización está apartada de la carretera de Arteixo y cuenta con un acceso propio que muere en las viviendas.
Entre los vecinos se guardaba ayer un escrupuloso silencio, aunque según ha podido saber este diario, Pazos Louzán había adquirido una parcela de casi cien metros cuadrados y había promovido la construcción de una vivienda de dos plantas, en la que residió en los últimos años.
