Los baches en los adoquines de la zona de San Andrés incrementan la inseguridad

Los baches en los adoquines de la zona de San Andrés incrementan la inseguridad
La rúa Nova también presenta varios adoquines hundidos por el paso continuo de vehículos | javier alborés

El denso tráfico que tiene que soportar cada día San Andrés está pasando factura a su pavimento, sobre todo en el tramo adoquinado frente a la Iglesia Castrense. Cada día, pasan por esta céntrica calle miles de coches y autobuses, lo que ha provocado que el firme se haya ido hundiendo poco a poco: Los vecinos denunciaron recientemente al Gobierno local que los coches tratan de evitar los socavones, con el consiguiente peligro en una zona semipeatonal, donde caminantes y vehículos comparten la calzada al mismo nivel.
No es el único punto donde el adoquinado cede. Ocurre lo mismo en la rúa Nova, que desemboca en la San Andrés. Estos dos tramos semipeatonales soportan mucho más tráfico del que para el que en un principio estaban pensados. Incluidos vehículos pesados, como autobuses y camiones. Sobre todo, desde que se cerró La Marina al tráfico.

Desde entonces, la mayor parte de los conductores que quieren circular por la superficie tienen que hacerlo a través del Paseo Marítimo o San Andrés. Eso incluye una gran cantidad de buses urbanos: por esa arteria pasan cinco líneas que conectan Monte Alto, Adormideras y la Ciudad Vieja con el resto de A Coruña. Y como muchas calles desembocan en San Andrés, el tráfico tiene que ser regulado con muchos semáforos, lo que ralentiza la circulación, que puede llegar a detenerse por completo si alguien estaciona en doble fila.

De hecho, el comité de empresa de la compañía de Tranvías se quejan de que San Andrés se atasca nada más que haya el menor problema. El punto clave es precisamente el cruce de la rúa Nova, por donde entra en San Andrés el tráfico proveniente de Los Cantones que debe girar allí a la izquierda para seguir por San Andrés o cruzar la rúa Alta, para continuar por el Paseo Marítimo. Como muchos son articulados, el viraje requiere todo el espacio de la estrecha calzada, de manera que es muy difícil hacerlo si aparca en la parada de bus que allí existe algún vehículo privado.
 

Tráfico pesado
Por si fuera poco, periódicamente tienen lugar problemas con vehículo de gran tonelaje que descubren que no pueden seguir circulando por la zona semipeatonal por su estrechez y que tienen que dar media vuelta. “La mayor parte de los incidentes los provocan camioneros que son de fuera, que no conocen la ciudad. Muchos son portugueses aunque también hay rumanos y otros países del Este”, explican fuentes policiales.
Con la única guía del GPS, a veces es difícil determinar si las calles pueden soportar los transportes pesados, y cuando tratan de virar hacia la rúa Alta se ven en un callejón sin salida.

Los baches en los adoquines de la zona de San Andrés incrementan la inseguridad

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