“Amparo Sánchez es supervivencia a nivel emocional”

 amparo sánchez
cantante

No hay tema al que no le dibuje una ventanita. Puede que empiece escribiéndolo desde el menos uno pero conforme avanza, sube hasta la superficie y coge aire. La sala Le Club se prepara el sábado para ir desde Tucson hasta La Habana sin moverse de la pista. Con Amparo en ebullición.

entrevista de marta garcía márquez

Amparo Sánchez sigue siendo experta en mestizaje, transmisora de rumores tristes pero con mensaje positivo. Entre Tucson y La Habana, hay una voz que no se cansa aunque esta vez haya escogido caminar por el desierto.

—¿Qué tiene “Tucson-Habana” de Amparo Sánchez que no tenía Amparanoia?
—Estamos en un momento de despedida del álbum porque en noviembre empezaremos a grabar uno nuevo. Por su parte, los temas han evolucionado de tanto tocarlos en directo, pero la gente va a descubrir un viaje que va desde el desierto fronterizo con México a los sonidos más nostálgicos que nos llevan a ese pasado y a La Habana.
—Fue un poco casualidad el hecho de emprender una nueva etapa en solitario, ¿No?
—Para este álbum vinieron las cosas así. Los temas estaban escritos desde el 2000 y no los veía para Amparanoia porque tenían un corte más intimista y personal y sentí la necesidad de comunicarme de otra manera con el público, desarrollando mi voz y mi faceta compositora. Y resultó que me encontré con los de Calexico y me invitaron a grabar en Tucson una serie de temas. Después nos fuimos juntos a La Habana, al Buena Vista Social Club y surgió la segunda parte del disco. Las dos ciudades marcaron el ambiente de paisajes del disco pero en verdad no fue algo premeditado.
—Siempre ha tenido cierta predilección por México y sus sonidos, pero ¿Qué le ha aportado Tucson?
—Nunca había estado en Tucson. Conocí a los de Calexico en 2002. Ellos me dijeron: “Tienes que venir a nuestro pueblo” e ir allí y estar con ellos en su casa o grabando en su estudio fue una oportunidad muy buena.
—Dice que las catorce canciones cuentan catorce historias distintas.
—Tienen un corte más personal y biográfico. Son temas que vienen de momentos bajos, de sentirme sola y echar de menos a los que ya no están porque me he separado de ellos o bien porque han fallecido. Tiene mucho de desamor en todos sus componentes pero siempre con una luz de esperanza en cada canción. Todas tienen un mensaje que en ese momento quería comunicar.
—Pero sus temas siempre han dado muy buen rollo.
—Eso va con todo porque aunque estés muy mal siempre tienes que mirar por un agujerito. Amparo Sánchez es supervivencia a nivel emocional. Si empiezo a escribir una canción porque estoy muy triste, la misma canción me va dando las claves para que no esté tan triste y me ayuda y sirve de ayuda a los demás.
—Un disco que le ha dado la oportunidad de conocer a una grande como Omara.
—Es un sueño cumplido, de cuando escuchaba la voz de Omara en Buena Vista Social Club cantando “Veinte años” y me saltaban las lágrimas (depende del día aún me saltan ahora). Yo aproveché que estaba en La Habana y me atreví a llamarla por si quería colaborar conmigo en un tema. La sorpresa fue que le gustó y aceptó.
—Pasa que los más grandes suelen ser los más dispuestos a seguir creciendo y a colaborar.
—Estamos por la música así que cuando hay algo de interés, tenemos que estar abiertos. Yo tuve la suerte de conocer a músicos muy importantes durante todo este tiempo y puedo decir que los más grandes son también los más humildes y accesibles. Es un sueño cada vez que escucho el corte con las dos juntas.
—Hábleme de lo que prepara para noviembre.
—El segundo álbum será bastante diferente con una línea de guitarra que recuerda al country y al folk, no sé cómo llamarlo pero el corte es un poco americano, además de que yo estoy en otro estado de ánimo. Intento transmitir mensajes positivos pero de mucha reflexión. Mis canciones son siempre tablitas de salvación. Es otro concepto distinto al de “Tucson-Habana” porque en este, las canciones las había escrito primero y después las grabé y aquí las estamos presentando en directo para ver la reacción de la gente. Estamos convencidos de que cuando lleguemos a noviembre, nos vamos a encontrar con temas nuevos.
—Y la gente, ¿Acepta el reto?
—En general está respondiendo muy bien aunque sí es cierto que viene a ver lo que pasa pero es curioso porque cuando termina el concierto tenemos la sensación de que lo hemos pasado muy bien. Que les gusta la nueva propuesta, que es diferente aún teniendo algo de la antigua. Creo que vamos por buen camino. La experiencia y el bagaje que he conseguido con Amparanoia me han hecho la cantante que soy. El proyecto que estoy haciendo ahora necesita tiempo pero con Amparanoia aprendí todo lo que sé hasta hoy y guardo muy buen recuerdo de esta etapa. Incluso toco algún tema del grupo como homenaje a los que me siguen desde hace tiempo.