La Xunta está retirando estos días con una excavadora y varios camiones 14 vertederos ilegales en un camino forestal en el límite entre Arteixo y A Coruña.
Según explica el Gobierno municipal, esta es una de las localizaciones donde se acumulan más vertidos en los últimos años, por lo que el Ayuntamiento solicitó al Gobierno gallego que procediese a eliminarlos cuanto antes.
Por otra parte, el Ejecutivo de Carlos Calvelo también ha instalado cámaras en algunos puntos del municipio que habitualmente son utilizados para depositar residuos de manera ilegal. El objetivo de las cámaras –que desde hace 15 días rotan por diversas zonas– es “localizar y sancionar a aquellos infractores que atentan contra el medio ambiente con este tipo de prácticas”, apuntan desde el departamento de Medio Ambiente de Arteixo.
Más de 140 puntos en 2016
Durante el 2016, el Ayuntamiento retiró 141 vertederos ilegales. Desde 2005, la concejalía que dirige actualmente Víctor Merelas lleva un control de todos los puntos eliminados, produciéndose un incremento en los basureros detectados. El departamento entiende que en los últimos años ha aumentado la concienciación de los ciudadanos para alertar de este tipo de conductas y, además, cuentan con más medios municipales para erradicar los vertidos.
Las sanciones por estas prácticas ilegales van desde los 900 hasta los 45.000 euros, según la magnitud del vertido y de los materiales que se arrojen. Según el Ayuntamiento, por regla general los vertederos aparecen en caminos de zonas rurales y contienen diferentes tipos de residuos, aunque también se han registrado casos de puntos de residuos en ámbitos urbanos.
“En calquera caso, o que si se pode afirmar é que a orixe destes residuos semella ser a realización de pequenos arranxos domiciliarios e mudanzas. Aínda así, téñense detectado vertedoiros con residuos de diferentes obras maiores e actividades mercantís ou industriais”, explica el concejal Víctor Merelas.
Desde Arteixo, ruegan a los vecinos que avisen de este tipo de actuaciones y apuntan que el protocolo municipal que siguen detecta y clasifica los vertederos para tener una base de datos. Así, se registran no solo los materiales depositados sino el volumen que ocupan, acompañando la información con fotos del lugar.