Los trabajadores de la planta ferrolana de biodiésel de Masol protestan contra el ERTE

Los trabajadores de la planta ferrolana de biodiésel de Masol protestan contra el ERTE
Masol concentración Xunta

La de Infinita Renovables fue la segunda de tres plantas de biodiésel que hace apenas siete años aterrizaron en Ferrol con ayudas públicas millonarias y que estaban llamadas a proporcionar cerca del 50% de la demanda nacional. Los 31 trabajadores que todavía pertenecen a la misma, después de que sus instalaciones fuesen alquiladas el pasado mayo a la multinacional de orígen asiático Musim Mas –concretamente a su empresa Masol Iberia Biofuels–, emprendieron ayer las movilizaciones para oponerse al que sería su tercer expediente de regulación temporal en cuatro años.
El presidente del comité de empresa, Anxo Fernández, declaró ayer durante la concentración que los trabajadores secundaron ante el edificio de la Xunta, que no hay justificación para la presentación de este nuevo expediente. Hace solo nueve meses, cuando se firmó la operación de alquiler de las instalaciones de Infinita Renovables por parte de Masol, se difundió un comunicado en el que se explicaba que la operación garantizaba “el futuro” de las plantas instaladas en España. Ahora, la plantilla teme que el nuevo ERTE, que se plantea por causas productivas, sea una maniobra orientada al cierre. A tenor de lo explicado ayer por Anxo Fernández, Masol ha contado con el personal de la planta de Ferrol para poner en marcha la otra planta de Infinita Renovables que alquiló en Castellón, mientras que esta, pese a la prueba realizada con éxito este verano, ha continuado parada. “Din que aquí hai xente válida e cualificada, pero parece que non é para traballar aquí senón para exportar”, lamentó el presidente del comité.
La planta de Infinita Renovables, ahora gestionada por Masol Ibérica, recibió en su día alrededor de diez millones de euros en ayudas públicas. Las instalaciones se inauguraron en 2009 con 70 empleados y dos años después se aplicaba el primer ERE a los 50 que quedaban en aquel momento, una medida que en la práctica se prolongó hasta diciembre de 2013 y durante la cual fue mermando la plantilla, aunque no por la vía de los despidos. La entrada de Masol Iberia Biofuels, el pasado mes de mayo, conllevó la rescisión de seis contratos que dejaron el plantel de Ferrol en sus actuales 31 personas, mientras que en Castellón la operación se firmó igual que aquí, pero sin que ello conllevara ninguna reducción de personal.   
Los trabajadores creen que la situación es una “vergonza” y que la aplicación de un nuevo ERTE está injustificada. Esperan la intervención en el asunto de las consellerías de Traballo e Industria, con cuyos máximos responsables ya han solicitado sendas entrevistas.

Los trabajadores de la planta ferrolana de biodiésel de Masol protestan contra el ERTE

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